Lo que hoy soy, no solo es por mí: mucho de lo que me rodea tuve la fortuna de encontrarlo en la BUAP, la institución que me ha formado, por eso hoy más que nunca los invito a creer que nuestras raíces no deben ser nuestras limitaciones, expresó Guadalupe Ramón Orozco, egresada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP, durante su participación en la inauguración del “Foro: Diálogos de inclusión con la comunidad estudiantil de pueblos originarios”.
Organizado por la Dirección de Acompañamiento Universitario (DAU), el foro está estructurado en cuatro mesas de trabajo sobre diversidad cultural y lingüística, vida académica e inclusión, entre otros tópicos.
En la inauguración, encabezada por Juan Carlos Pinacho Cruz, titular de la DAU, participaron los directores José Francisco Tenorio Martínez, de la Facultad de Contaduría Pública; Luis Ochoa Bilbao, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales; y Luz del Carmen Gómez Pavón, de la Facultad de Ciencias de la Electrónica, unidades académicas que cuentan con el mayor número de estudiantes de pueblos originarios.
Juan Carlos Pinacho Cruz, acompañado de la subdirectora del área, Rosa Marina Esparza Ortiz, agradeció la visión institucional incluyente del Rector Alfonso Esparza Ortiz, quien no solo ha permitido la apertura al diálogo y la reflexión, sino también el apoyo a la descentralización de la educación a través del trabajo consolidado de los campus regionales.
Pinacho Cruz señaló que actualmente la BUAP cuenta con una matrícula de 100 mil estudiantes aproximadamente, y de este total mil 800 son de pueblos originarios, de acuerdo con registros institucionales. Indicó que estudios señalan que el acceso a la educación superior para jóvenes de comunidades indígenas aún sigue siendo un pendiente, pues si bien ha mostrado una variación en las estadísticas, aún no es relevante. “Estudios señalan que solo el 10 por ciento de la población de pueblos originarios, de entre 15 y 25 años de edad, accede a la educación superior”, añadió.
En este sentido, destacó las acciones que la Universidad está llevando a cabo, como el impulso de la perspectiva de género en sus diferentes campos de acción, pues añadió que las mujeres indígenas enfrentan dobles retos para su inclusión.
Al inaugurar estos trabajos, Pinacho Cruz se pronunció por una declaratoria de compromiso para impulsar y tener un seguimiento de las acciones que encabeza la Universidad, no solo aquellas encaminadas a la perspectiva de género, sino también las que reconozcan la vinculación social atendiendo las diferencias culturales y lingüísticas de sus estudiantes.
La lengua indígena, una medicina para el alma
Para iniciar este foro, el maestro Sabino Martínez Juárez, profesor investigador en la Facultad de Arquitectura y en el Colegio de Antropología de la BUAP, originario del pueblo Gnigua Popoloca y autor del libro Ngigua: Dunde’ethi iijee. Thi xranxrauni nthi’i thi tangixi xan rajna ngigua, dictó la conferencia “El valor de la lengua indígena en la educación superior”.
En su intervención mencionó que en el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, México cuenta con 17 millones de habitantes de pueblos originarios y 364 variantes lingüísticas, y a pesar de eso existe aún una discriminación hacia los hablantes por el uso de su lengua, incluso como parte de una política educativa a nivel nacional.
Sin embargo, defendió, desde la cosmovisión, como las lenguas originarias permiten determinar a sus hablantes las representaciones propias de su entorno y su ser, desde una visión sistémica y holística. Destacó además el contraste que los estudiantes de pueblos originarios viven al salir de sus comunidades y enfrentarse a una visión y cultura diferentes, pero todos ellos con el anhelo de mejorar su vida y sus comunidades.
“La cosmovisión es un sistema de creencias estructuradas en conexiones impersonales y con objetivos, por eso decimos que las lenguas indígenas son medicina para el alma, nos dan identidad a pesar de estar en un mundo globalizado, y para revalorarlas es necesario tener una libre determinación que implica pensar, hablar y escribir desde adentro, pero también utilizar los conocimientos universitarios adquiridos para incorporar todo al sistema cultural en un proceso armónico de crecimiento y desarrollo”.