El aislamiento en que el nuevo coronavirus sumió a China se acentuó todavía más este sábado, con Australia y Estados Unidos sumándose a la lista de países que impusieron vetos contra los viajeros procedentes del gigante asiático, donde la epidemia ya causó más de 250 muertos.
El virus ya ha alcanzado a más de una veintena de países, incluyendo España, el Reino Unido, Rusia y Suecia, mientras que África y América del Sur parecían de momento exentas de la epidemia, que se cobró la vida de 259 personas en China.
En España, se confirmó el primer caso el viernes. El infectado es un turista alemán que está en la isla canaria de La Gomera (sur) y se contagió de un compatriota suyo en Alemania, con el que tuvo un «contacto estrecho», informó el ministerio de Sanidad español. La persona afectada está bien, no presenta síntomas, «está aislada y recibiendo la atención médica necesaria», señaló el ministro Salvador Illa.
También aumentó el número de personas infectadas en China, donde ya llegan a 11.791 afectados, después de que el viernes se diagnosticaran 2.100 nuevos casos, anunció el sábado la Comisión Nacional de Salud.
Ante la gravedad de la situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió el jueves declarar la epidemia «emergencia de salud pública de alcance internacional».
Un buen número de países enviaron aviones a la zona en la que surgió el brote para repatriar a sus ciudadanos, otros optaron además por cerrar sus fronteras e imponer restricciones a la circulación.
Washington ordenó medidas excepcionales para cerrar sus fronteras o para imponer la cuarentena a los viajeros procedentes de China, sobre todo del epicentro de la epidemia, la ciudad de Wuhan (centro) y su provincia, Hubei, sean o no estadounidenses.
A partir del domingo a las 22H00 GMT, las autoridades prohibirán la entrada a su territorio a todas las personas no estadounidenses que hayan estado en China en las últimas dos semanas, decretó el secretario de Salud, Alex Azar.
A los estadounidenses que hayan visitado Hubei en las dos semanas anteriores se les impondrá una cuarentena de hasta 14 días.
Por su parte, Australia anunció el sábado que prohibía entrar a su territorio a cualquier persona no residente procedente de China, una medida similar a las anunciadas por otros países como Italia, Singapur y Mongolia, Guatemala y El Salvador, y que causaron malestar en Pekín.
Vietnam, por su parte, anunció este sábado que suspendía todas las conexiones aéreas con China.
«No es necesario que cunda el pánico inútilmente, ni tomar medidas excesivas», consideró el embajador de China en Ginebra, Xu Chen, que recalcó que la OMS tenía «plena confianza en China».
El gobierno chino apuntó directamente a Washington en sus críticas, al reprocharle que hubiera recomendado a sus ciudadanos no viajar al país asiático o abandonarlo a la mayor premura.
«Las palabras y los actos de algunos responsables estadounidenses ni están fundados en hechos ni son apropiados», señaló una portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying.
Por su parte, la OMS advirtió de que las restricciones a la circulación podrían ser contraproducentes durante una emergencia sanitaria, por el riesgo de que perturben la distribución de ayudas y de lastrar la economía de los países afectados.
Al parecer, la epidemia apareció en diciembre en un mercado de Wuhan, una metrópolis que, de facto, se encuentra en cuarentena desde el 23 de enero. Tanto la ciudad como su región, donde viven unos 56 millones de personas, están aisladas del mundo.
Los hospitales de la ciudad están desbordados. Tras el brote, se decidió construir un nuevo hospital con capacidad para 1.000 pacientes, que empezará a estar operativo el lunes.
En otras partes del país, el miedo al contagio se apoderó de los habitantes, recelosos de salir de sus casas y que, cuando salen, lo hacen con mascarilla.
Como medida preventiva, el grupo estadounidense de informática Apple anunció el sábado el cierre de todas sus tiendas en China hasta el 9 de febrero.
Otras empresas como Toyota, Ikea, Starbucks, Tesla, McDonald’s y el gigante tecnológico Foxconn decidieron suspender de forma temporal su producción o cerrar sus tiendas en China.
Muchos ciudadanos criticaron a las autoridades por no haber informado antes sobre el virus y, el viernes, el máximo responsable político de Wuhan llegó a admitir que se «culpaba» por haber ordenado restricciones a los desplazamientos demasiado tarde.
«Estoy lleno de culpa y de remordimiento», confesó Ma Guoqiang, secretario local del Partido Comunista Chino (PCC).
Numerosos países como España, Francia, India, Alemania, Polonia, Canadá, Colombia e Italia fletaron aviones a China para repatriar a sus ciudadanos o prevén hacerlo.
Este sábado, el Reino Unido indicó que repatriará a parte de su personal diplomático radicado en China, y que solo permanecerán allí el «embajador y el personal necesario para las tareas esenciales».
China instó a las parejas que hayan planeado casarse este 2 de febrero que lo pospongan y a las familias de los finados que acorten los funerales para tratar de frenar la propagación del coronavirus que ha cruzado las fronteras a otros países del mundo.
El llamado coincide con el nuevo balance de muertos, que ascendió a 259, y el número de contagiados que se eleva a unos 12.000.
«En caso de que hayan previsto el registro de matrimonios para el 2 de febrero este año, les recomendamos que lo cancelen», dijo el Ministerio de Asuntos Civiles en un comunicado.
Pekín, Shanghái y otras ciudades habían decidido con anterioridad al brote del coronavirus abrir los registros civiles para que las parejas pudieran inscribir su matrimonio pese a que es domingo.
El ministerio también informó de que se suspenderán temporalmente los servicios de asesoría matrimonial y pidió a la población que no realice banquetes de bodas.
También pidió que los funerales se hagan de manera «simple y expeditiva para evitar la congregación de gente» y que los cuerpos de las víctimas del coronavirus sean cremados lo antes posible.
El personal encargado de los funerales tendrá que llevar equipos protectores y tomarse la temperatura constantemente para evitar el riesgo de infección, según el comunicado.
China estableció drásticas restricciones para los viajes y amplió las vacaciones con motivo del Año Nuevo -las principales fiestas del país en que cientos de millones de personas se desplazan para pasar en familia- para intentar contener la propagación del virus.
Los colegios y universidades del país también postergaron la vuelta a las aulas, y las autoridades instaron a los trabajadores a que retrasen su incorporación al trabajo y a la gente en general que evite las aglomeraciones.
Más de 50 millones de personas en la provincia de Hubei, donde inicialmente se detectó el virus, están aislados desde que las autoridades suspendieron todos los transportes.
Las autoridades de Hubei anunciaron el sábado que también suspenderán los registros de matrimonio a partir del lunes hasta nuevo aviso.
Varios países, entre ellos Estados Unidos y Australia, han prohibido la entrada de extranjeros que hayan viajado a China en las últimas dos semanas.
AFP