Los nuevos contagios por coronavirus en China registraron este domingo su peor dato desde el pasado mes de marzo, con 99 nuevos casos, 97 de los cuales se diagnosticaron en pacientes provenientes del extranjero, situación que Pekín no logra contener.
Además, la cifra -divulgada por la Comisión Nacional de Sanidad de China y que contempla los casos registrados hasta la pasada medianoche local- es más del doble que los 46 casos anunciados en la víspera.
Estos casos «importados» son una de las grandes preocupaciones del Gobierno chino, que puso en marcha un veto temporal a la entrada al país de ciudadanos extranjeros desde el 28 de marzo, medida que por el momento no ha logrado reducir las cifras de contagios «importados», que suman mil 280 en total (481 de ellos ya dados de alta).
La ciudad de Shanghai, importante polo económico y comercial en el este del país, se anotó la mayoría de estos 99 nuevos casos, 52, de los cuales 51 fueron pasajeros del mismo vuelo procedente de Rusia, una frontera que en los últimos días supone dificultades para el Ejecutivo chino.
Mientras tanto, en Wuhan (donde la pandemia ha dejado al menos 2 mil 577 muertos) la normalidad se sigue abriendo paso, aunque a pasos más cortos y lentos de los que la población desearía tras casi 11 semanas de cuarentena, terminada el pasado 8 de abril.
Los centros comerciales, supermercados o parques, que ya han vuelto a aceptar consumidores, controlan y limitan la afluencia de éstos, un supuesto que aún queda lejos para los colegios de la provincia de Hubei.
Los ciudadano de Wuhan tendrán que contentarse con los parques o los centros comerciales como opciones de ocio, ya que los cines, las salas de juego y de baile, bares, karaokes, teatros, piscinas cubiertas o espacios deportivos con poca ventilación estarán cerrados hasta nueva orden.