Los negociadores comerciales de China y Estados Unidos se preparan para una nueva ronda de negociaciones sobre su disputa comercial, una de las banderas del actual gobierno estadunidense.
Se trata de la continuación de la tregua acordada por los presidentes chino Xi Jinping y estadunidense Donald Trump el pasado 1 de diciembre en Buenos Aires en el marco de la cumbre del Grupo de los 20 (G20).
Bajo ese acuerdo Washington acordó dejar en 10 por ciento el arancel que aplica a productos procedentes de China por 200 mil millones de dólares, mientras Beijing estuvo de acuerdo en aumentar sus compras de productos estadunidenses agrícolas, industriales y de energía.
Además, se acordó negociar los temas de transferencia tecnológica y de protección a la propiedad intelectual, así como asuntos de interés central estadunidense.
Estas negociaciones están en el ojo mundial pues los diversos pronósticos económicos para este año coinciden en que la suerte de la economía global depende en buena medida del enfrentamiento comercial entre ambos países.
Esta ronda no es definitiva, ya que el acuerdo logrado en la capital argentina fija un plazo de 90 días para la concreción de negociaciones, es decir, diciembre, enero y febrero.
El encuentro comercial de dos días en la capital china se da mientras el paro parcial de actividades del gobierno estadunidense comenzó su tercera semana sin que haya perspectivas de avance.
China, por su parte, tiene este año el aniversario 70 de la fundación del país como República Popular, por lo que la nación asiática no podría permitirse llegar al 1 de octubre, fecha fundacional, con cifras económicas negativas.
De acuerdo con analistas citados por el diario chino Global Times, se espera que las pláticas de lunes y martes sienten las bases para un acuerdo que se alcanzaría en sesiones posteriores.
La delegación estadunidense estará encabezada por Jeffrey Gerrish, vicerrepresentante comercial, y habrá delegados de los departamentos de Agricultura, Comercio, Energía, Estado y Tesoro. La parte china, a su vez, no había dado a coocer a los miembros de su delegación.
Las fuentes chinas precisaron que los negociadores de ambas partes estuvieron en contacto cercano todo diciembre, lapso en el cual la guerra de declaraciones tuvo una pausa.
Para ambas economías las consecuencias se pueden sintetizar, por ahora, en el ritmo de crecimiento más lento en décadas para la economía china, y las cifras más decepcionantes en 10 años para el mercado bursátil estadunidense, puntualizó Global Times.