Las huelgas de transportes en Francia contra una reforma del sistema de pensiones entraron este lunes en su decimosegundo día, aunque el Gobierno del presidente Emmanuel Macron seguía decidido a seguir adelante con sus planes.
Las autoridades registraron por la mañana 630 kilómetros de atasco en la región de París, donde solo funcionaban a pleno rendimiento dos líneas de Metro que operaban con trenes automatizados sin conductor. Las otras 14 líneas cerraron o funcionaban con servicios mínimos.
La mayoría de los trenes regionales y nacionales estaban parados, y también las rutas ferroviarias internacionales se vieron afectadas.
Por su parte, los camioneros emprendieron hoy otra protesta y cortaron carreteras en todo el país para reclamar mejoras en sus salarios y condiciones de trabajo.
Macron dijo la semana pasada que quiere que el Gobierno siga trabajando en la reforma de las pensiones, que incluye elevar la edad de la jubilación a los 64 años y poner fin a los privilegios especiales de algunos trabajadores.
Los grandes sindicatos del país querían llevar la huelga hasta Navidad, y convocaron una nueva ronda de protestas en todo el país para el martes.
Las huelgas han convocado sobre todo a trabajadores del sector público, como maquinistas de tren, maestros y personal hospitalario, que temen tener que trabajar más tiempo para recibir pensiones más bajas.