Colonialismo de datos: limitaciones a nuestra forma de ser y pensar

En el marco de la Jornada Humanidades Digitales: Las dimensiones de Internet, se llevó a cabo la conferencia Colonizados por los datos: el costo de la conexión, impartida por los investigadores Nick Couldry y Ulises A. Mejías, autores del libro que ahonda en esta temática.

En una conversación intercalada, Mejías definió el colonialismo de datos como “un orden emergente para la apropiación de la vida humana de modo que los datos puedan ser extraídos continuamente de ella para obtener ganancias”. Por tanto, asoció esta nueva práctica con los procesos colonizadores históricos en el sentido de despojo de bienes.

Enumeró algunas racionalidades utilizadas para justificar este fenómeno. Desde la perspectiva económica, la presencia de los datos se concibe como un bien abundante y barato; en el aspecto legal práctico, los datos no están protegidos adecuadamente y, por tanto, pertenecen a cualquiera; y en el rubro epistemológico, se cree que el colonialismo es la única manera de operar.

Nick Couldry mencionó las ventajas del colonialismo de acuerdo con los que quienes lo ejecutan: el despojo de los datos puede ser percibido como una nueva forma de cambiar la Historia, así como una forma de vislumbrar las operaciones capitalistas del futuro. En cuanto al alcance, destacó el papel de las redes sociales y la economía de contratistas como plataformas para expandir y extraer datos.

El orden social emergente se da a través de formas de producir la vida social y configurarla para que se optimice la extracción de datos con fines de lucro, lo cual queda perfectamente reflejado en las relaciones sociales informales en medios digitales.

Comentó que el colonialismo de datos configura formas emergentes de dependencia y gobierno basadas en la conveniencia y la personalización, lo cual solo es posible si vivimos bajo una vigilancia igualmente personalizada. “El saber social en nuestra Era sigue siendo enlazado como en la etapa colonial histórica: un deseo de manejarlo todo”, afirmó.

Desde el punto de vista filosófico, Couldry comprendió la vigilancia continua como una amenaza a los fundamentos de la libertad. Con la vigilancia se amenaza “el espacio de nuestro ser”, pues el desarrollo de la persona libre se ve cada vez más influenciada por las mediaciones tecnológicas.

El sociólogo destacó que la violencia histórica no es necesaria en el colonialismo de datos debido a que nos hemos acostumbrado a las condiciones de vivir bajo el capitalismo. A su vez, la vida social ordinaria se convierta en un factor directo de producción capitalista.

En el apartado de propuestas para contrarrestar la problemática, Mejías comentó la importancia de reconocer los procesos de colonización externa e interna. En cuanto a lo que podemos hacer, acentuó el compromiso de reclamar el tiempo y espacio colonizados. Además, exhortó a rechazar la idea de que la única manera de desenvolvernos es a través de la recolección y extracción de datos.

Finalmente, propuso aprender de las luchas decolonizadoras pasadas y presentes, cerrando con una premisa optimista que encierra el propósito de la investigación: “La esperanza queda en las posibilidades de imaginar un mundo diferente.”

Durante la ronda de preguntas, el pensador inglés reflexionó sobre cómo las plataformas han influido en el proceso de transformación y configuración de las sociedades, proponiendo como eje de acción la defensa de los valores occidentales como la libertad.

De igual manera, se clarificó la concepción de violencia, misma que es equiparable si se compara el inicio de la nueva colonización con el final del proceso histórico de siglos anteriores. Couldry mencionó que las prácticas violentas ya no buscan introducir el capitalismo puesto que ya se encuentra inmerso en el sistema. No obstante, las agresiones se manifiestan de maneras distintas en el colonialismo de datos.

diciembre 15, 2019 - 12:00 pm

Por: Staff

Educación

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