Con la participación de profesionales de la palabra, del cine, del teatro, de la música, de la academia, de la legislación, inició el Encuentro Racismo, arte y cultura. Una conversación urgente, esfuerzo colegiado cuyo eje es el diálogo respecto a las causas, formas de expresión y retos que se enfrenta para erradicar el racismo y la discriminación en los ámbitos del arte y la cultura, así como abordar enfoques que conduzcan a generar consciencia de la necesidad de prevenir dichas prácticas y cómo avanzar en el terreno legislativo.
En el Salas Digna Ochoa I y II de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDM) la tarde del miércoles se realizó la apertura del Encuentro y la primera mesa El racismo y la identidad nacional.
Al dar inicio el encuentro, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Lucina Jiménez, enfatizó que el racismo no es natural y es tiempo de reconocerlo, de nombrarlo para identificarlo, denunciarlo y combatirlo desde y en la cultura y el arte.
Al destacar el papel crucial de la Compañía Nacional de Teatro al abrir un diálogo necesario con la participación de sus integrantes que reafirman su compromiso con la diversidad y la igualdad, comentó que el encuentro ha convocado a voces representativas de la diversidad cultural y lingüística del país.
Con transmisión por redes sociales y en forma presencial, refirió que se necesita reflexionar para desestructurar los algoritmos que desatan, justifican y disfrazan el racismo, la discriminación, el patriarcado, el colonialismo, a partir de una polifonía de voces que seguramente abordarán el reto con inteligencia, empatía, conocimientos y experiencias.
Tras agradecer a las instituciones participantes y ponentes, señaló que las causas y expresiones del racismo van mucho más allá del color de piel y el fenotipo; ya que vienen asociados a componentes basados en el ejercicio del poder hacia los cuerpos, las culturas y los saberes, las lenguas y hasta los símbolos.
Llamo a la fundamental transformación de las relaciones desde lo individual y colectivo, así como fortalecer el entendimiento mutuo, hay que explorar las posibilidades de erradicarlo, empezando por hablar de él.
Por último, consideró que con la pandemia se despertaron sentimientos de empatía y solidaridad, pero también de odios y resentimientos.
Agregó que en estos tiempos de guerra, la humanidad se debate nuevamente, y el racismo, la xenofobia y la discriminación, orillan a tomar decisiones equivocadas, como cancelar la actividad artística por pertenecer a una determinada nacionalidad, postura que confronta y estigmatiza sin ayudar a frenar la muerte y la destrucción.
Conversación postergada: presidenta de la CDHCM
En tanto, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y de la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos (FMOPDH) dijo que este encuentro es una conversación postergada, la cual tiene un sentido fundacional y fundamental y recordó que el racismo provoca violaciones a derechos humanos, por lo que no hay mejor lugar que inaugurar este ciclo en esta Comisión, en complicidad con el Inbal, El Colegio Nacional, el Conapred y la Universidad Iberoamericana.
Nashieli Ramírez Hernández, quien participa en los colectivos Alianza por los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en México, Colectivo contra la Trata de Personas, Mesa Social contra la Explotación de niñas, niños y adolescentes, reconoció que el tema de racismo es completamente negado, pues se habla de lo que pasa en Estados Unidos, en Europa o en África, y parece que en México no existe.
Dijo que es importante visibilizar el racismo en todas sus dimensiones y desestructurar de fondo, lo cual es un “despertar”, porque es un proceso que tiene cuestiones que están arraigadas y culturalmente introyectadas y simplemente no las vemos y las pasamos de largo. Es importantísimo el encuentro porque somos parte y cómplices.
En su participación, Mardonio Carballo destacó que en México hay 68 lenguas indígenas que no escuchamos, por miedo hay niñas y niños que no quieren seguir los pasos lingüísticos de sus padres; muchos al salir, porque es necesario, bien porque queremos, salimos a las grandes ciudades a estudiar o trabajar, no queremos nombrar en nuestra lengua el conocimiento y nuestro universo, porque aquellos que nos escuchan hacen bromas acerca de nosotros y nos discriminan.
Tras presentar su mensaje en lengua náhuatl, refirió que “necesitamos que escuchen cómo nombramos las cosas y el universo, “necesitamos que nadie se enoje si nosotros somos felices. Se necesita que aquellos que cultivan la palabra sabrosa, rica, aquellos que ejecutan música de flores, aquellos que hacen su trabajo recreativo, cine, teatro, televisión, abran sus ojos porque por mucho tiempo hemos peleado por esta discusión, por este que puede ser un gran evento”.
En esta primera mesa participaron también la activista kurda Azize Aslan, el poeta Víctor Cata, el académico José Aguilar y Federico Navarrete, del Movimiento Prieto; con la moderación de Enrique Singer, director de la CNT.
Esta iniciativa interinstitucional organiza siete mesas de reflexión y propuestas en las que se abordarán temas pertinentes para vislumbrar y crear un ejercicio artístico, cultural y legislativo con mayor inclusión y diversidad.
El encuentro incluye un concierto en el Palacio de Bellas Artes, en la Sala Principal, en el cual se presentará, el sábado 9 de abril a las 19:00 horas, el grupo musical Tambuco, con Visiones contemporáneas de la Tercera Raíz, visión musical contemporánea de la herencia afromestiza de México y América, a través de la música para percusiones.
Para finalizar el primer día del Encuentro Racismo, arte y cultura. Una conversación urgente, el elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro leyó un fragmento de El color de nuestra piel, de Celestino Gorostiza.