Los diputados federales Javier Casique, Reynel Rodríguez y Melissa Vargas coincidieron en afirmar que las reformas a las leyes electorales dañan los principios establecidos en la Carta Magna y las modificaciones sólo se aprovechan de la coyuntura para destruir el sistema de votación que existe en México.
A nombre de la bancada tricolor, manifestaron que la imposición y el autoritarismo están pasando por encima de los derechos de las mexicanas y de los mexicanos y ratificaron desde el Grupo Parlamentario del PRI, “no apoyaremos el desconocimiento de la voluntad popular, porque la lucha democrática requirió el esfuerzo de muchas generaciones”.
Durante su intervención en el Pleno, en la discusión de las leyes secundarias a la Reforma Electoral, Casique Zárate sostuvo que todas las reformas que han transcurrido durante la historia se han dado a través de consensos, sin embargo, precisó que en esta ocasión es diferente.
Puntualizó que el bloque mayoritario está lejos de tener vocación legislativa, al señalar que las minutas aprobadas serán recordadas por las irregularidades de tiempo y de forma.
“Denunciamos el daño irreversible a las bases jurídicas en las que descansan las garantías que caracterizan a nuestro sistema democrático. Lo que está en riesgo es el derecho a que cada ciudadano pueda ejercer su voto”, manifestó.
En su intervención, el legislador Reynel Rodríguez Muñoz refrendó el voto en contra del Plan B, al fijar que las instituciones electorales y la democracia no se pueden violentar.
Aseguró que las modificaciones sólo se aprovechan de la coyuntura para destruir el sistema electoral y mantener a un pequeño grupo de personas en tales espacios. Por lo que recalcó que el proyecto no tiene congruencia, pues recordó, no es la primera vez que se intenta mermar a las instituciones.
Mientras la diputada Melissa Vargas precisó que modificar el artículo 12, permitirá una candidatura común en la cual se acordaría mediante un convenio la distribución de votos en materia de porcentaje para cada partido, lo cual, consideró, es la visión más utilitarista y pragmática de votos que puede haber. “Se pierde la esencia en la que cada ciudadano puede votar por su representante”, agregó.
Indicó que pactar votos en un convenio es como tratar a la voluntad popular a través de un botín económico, es quitarle a la gente la oportunidad de premiar o castigar un partido con su voto. Esto, dijo, significa reducir a la máxima expresión de la democracia un reparto utilitarista entre las cúpulas de los partidos políticos y eternizarlos de facto y que sigan viviendo del erario público.
“Ganar los votos por convenio es ganar negociando, es ganar en lo oscurito, es verle la cara a los ciudadanos, es una artimaña para mantenerse en el poder a la mala, es cambiar la democracia por “negociocracia”, donde todo es una vil transacción de votos”, aseguró Vargas Camacho.