Independientemente de representar un lugar emblemático en la cultura francesa, la Catedral de Notre Dame convoca a miles de personas entre turistas locales, nacionales e internacionales.
Cristina Sánchez Parra, doctora en Historia por El Colegio de México, enfatizó que el monumento se trata de un referente del arte en todo tipo de manifestaciones, pues los sábados en su perímetro se ofrecen conciertos gratuitos, muchas veces con el órgano del siglo XVIII que alberga, para disfrute de sus visitantes.
En su entorno se dan conciertos de música clásica y exposiciones de arte, lo que lo ubica como un lugar emblemático de peregrinación muy importante no sólo para los cristianos sino para los amantes del arte, de la arquitectura y el turismo; no se puede ir a París sin dejar de visitar esa catedral.
Sánchez Parra dijo a Notimex que el incendio ocurrido esta tarde en el sitio, considerado ícono de París “impacta no solamente a los parisinos y a los franceses, sino a la humanidad en su conjunto”.
Es una noticia conmovedora, señaló, porque ese monumento histórico y cultural ha sido testigo de muchos acontecimientos trascendentales, además de que alberga numerosas obras de arte de un valor incalculable. “Realmente hoy es un día triste para la historia, para el arte y para la humanidad”.
Sánchez Parra, quien se desempeña como profesora en el Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), habló de su experiencia en París, donde se halla el edificio histórico.
“Existen dos elementos de París que es imposible no visitar: la Catedral de Notre Dame y la Torre Eiffel; la primera presenció la construcción de la segunda”.
La catedral ha sido testigo de la renovación de París con Napoleón III, en el siglo XIX, explicó la entrevistada, porque ella trabaja el campo de la historia del comercio en esa época. Así, dijo, la capital francesa, como sitio de relaciones, cobija a Notre Dame que está en el corazón de París.
La Catedral Notre Dame (Nuestra Señora) está dedicada al culto católico, fue construida en estilo gótico entre 1163 y 1345 y está consagrada a María, la madre de Jesucristo. Se localiza en la isla de la Cité, en los márgenes del Río Sena.
“Este incendio nos hace perder parte de nuestra historia, al ver cómo se va desvaneciendo con el fuego implacable la huella de la humanidad mi corazón de historiadora se estruja, sin embargo, no hay que ser alarmista y esperemos a ver hasta dónde pueden llegar los daños”.
La investigadora indicó que la historia trata de reconstruir sobre lo que está perdido y a partir de ahí volver a empezar. “Estamos en un proceso así y lo conducente es aprender de este lamentable acontecimiento, de acuerdo con el espíritu esencial del estudio de la historia”.