Investigadores nacionales e internacionales confirmaron la existencia de estructuras subterráneas bajo la zona arqueológica de Mitla, Valles Centrales de Oaxaca, de las que sólo se conocían relatos históricos que apuntan a la llamada Ciudad de los Muertos o Lyobaa, en zapoteco.
Para el llamado Proyecto Lyobaa se usaron por primera vez un conjunto de tres diferentes metodologías geofísicas no invasivas, entre ellas un radar de penetración terrestre (GPR), tomografía eléctrica de resistividad del subsuelo (ERT) y tomografía de ruido sísmico, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En especial en el Patio de las Columnas, se encontraron “rasgos lineales, geométricos, que nos pudieron estar demostrando la existencia de otros elementos arquitectónicos, tal vez como cuartos… e incluso la de un altar central mucho más amplio del que actual se tiene, prácticamente del doble de tamaño”, indicó Denisse Argote Espino, investigadora del INAH.
Uno de los motivos por los que estas estructuras se encuentran en el subsuelo pudieran deberse a un posible derrumbe provocado por uno de los tantos sismos fuertes que han asolado a este territorio, agregó Marco Vigato, de la asociación ARX Project, principal financiadora de los estudios.
Los resultados fueron presentados en mayo pasado en una transmisión de INAH TV, en la que también participaron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), parte del Proyecto Lyobaa.
Las y los especialistas señalaron que uno de los principales intereses era validar y corroborar la existencia de cuevas, túneles y pasadizos debajo de la zona arqueológica de Mitla; no obstante, en una primera etapa, se marcó como objetivo determinar las condiciones actuales del subsuelo debajo de monumentos arqueológicos de Mitla.
También se buscó determinar zonas de riesgo geológico e identificar anomalías geofísicas de interés arqueológico, como cuevas y túneles.
Con las técnicas no invasivas utilizadas, con el fin de no causar daños en las estructuras, las investigadoras e investigadores lograron determinar que existen estructuras anteriores a las que se aprecian a simple vista y de las cuales hallaron vestigios a sólo 30 centímetros de profundidad.
En el Grupo de la Iglesia, por ejemplo, se encontró la probable existencia de pasadizos, así como de sus respectivos accesos, de los que la población zapoteca de la zona suele hablar en anécdotas o leyendas, de acuerdo con Andrés Tejero Andrade, especialista en ingeniería geofísica de la UNAM.
El Universal Online