La lucha por los derechos de la mujer en Arabia Saudí alcanzó un nuevo hito con el levantamiento de la prohibición de conducir impuesta a las mujeres del ultraconservador reino de la península Arábiga.
Con este motivo, la Dirección General de Tráfico saudí ha lanzado una campaña dirigida a las nuevas conductoras llamada «Confía en dios y lánzate», cuyo objetivo es reforzar los conceptos de seguridad vial y las normas de conducir.
Muchas ya cuentan con los permisos, obtenidos tras pasar los exámenes preceptivos o gracias a la convalidación de los carnés internacionales de conducir con los que cuentan algunas saudíes y que han sido reemplazados por unos nacionales.
La conducción de las mujeres ha sido una de las puntas de lanza de la lucha por sus derechos y una controvertida y espinosa cuestión en el reino, rechazada tradicionalmente por la mayoría del estamento religioso, que esgrimía razones religiosas y morales.
Sin embargo, el decreto emitido por el rey saudí Salman bin Abdelaziz el pasado septiembre para abolir el veto impuesto a las conductoras fue respaldado por los religiosos que se han adherido a las reformas, mientras que los más críticos han optado por el silencio.
Predicadores como Saleh al Magamsi empezaron entonces a instar a las futuras conductoras a respetar los códigos de «decencia y pudor» una vez que se pongan a los mandos de los coches, pero sin poner en duda el hecho en sí.
La primera manifestación de protesta se remonta a noviembre de 1990 y fue liderada por 47 mujeres en las calles de la capital, que tomaron a la vez sus coches y que acabó con su detención, la prohibición de viajar al extranjero y la expulsión de sus trabajos.
La Primavera Árabe dio un renovado aliento a las activistas por los derechos humanos de la mujer, que lanzaron a partir del 17 de junio de 2011 una serie de iniciativas y protestas, que terminaron, la mayoría de las veces, con el arresto durante varios días de sus protagonistas y la liberación tras el pago de una multa de quienes osaron conducir.
El sol de Puebla