Algunos factores como la falta de actividad física y el exceso en la ingesta de alimentos con baja cantidad de nutrientes producto del confinamiento han alterado en ciclo de sueño de las personas, alertó el investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Víctor Aguilera-Sosa.
Mediante un comunicado, el especialista explicó que el sueño es un fenómeno biológico, fisiológico y conductual en el que se regulan y metabolizan diversas hormonas, que permiten estabilidad biológica necesaria para la vida, el desarrollo y el aprendizaje.
Sin embargo, indicó que dentro de los trastornos que se presentan en este periodo de contingencia está el de la fase atrasada del sueño, que es el desfase que vive la población al tener que realizar tanto escuela como trabajo en casa.
“Si antes (alguien) se dormía, por ejemplo, a las 21:30 o 22:00 horas, con el fin de llegar a tiempo a sus labores al siguiente día, ahora se duerme pasada la medianoche, pero existe la necesidad de levantarse temprano para retomar las actividades virtuales y justo ahí es donde hay un acortamiento de las fases del sueño”, comentó.
El Doctor en Ciencias por la Escuela Superior de Medicina del IPN, señaló que durante el confinamiento la población presenta insomnio en sus diferentes tipos, como es el de inicio que está relacionado con el estrés.
El intermedio, vinculado con procesos ansiosos y de angustia o el insomnio final, que se presenta a las 4:00 o 5:00 de la mañana y está directamente relacionado con distimia o depresión.
Esto, dijo, aunado a emociones negativas como angustia, ansiedad, tristeza, incluso enojo que conducen a un estado de estrés agudo en el corto plazo y estrés crónico a mediano plazo, lo que provoca alteraciones en la alimentación.
Para aminorar estos efectos, el experto recomendó organizar una agenda con horarios para despertar, desayunar, realizar labores del hogar, actividad física y dormir, permitir el aburrimiento y dejar los fines de semana para actividades recreativas o lúdicas.
Así como respetar el tiempo para realizar el trabajo y la escuela en casa, cambiar el foco de atención hacia actividades que tranquilicen o relajen, disminuir la ingesta de carbohidratos simples, refrescos y productos chatarra, así como las porciones en la comida, sobre todo porque la actividad se bajó 70 por ciento. (Con información de NTX / Instituto Politécnico)
Foto: Es Imagen / Jafet Moz
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