En un descubrimiento inesperado, astrónomos de la NASA han identificado una intrigante señal de rayos gamma fuera de la Vía Láctea, avivando la especulación sobre la posibilidad de un contacto extraterrestre. La revelación, calificada como «completamente fortuita» por Alexander Kashlinsky, cosmólogo de la Universidad de Maryland y del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, ha sido presentada en la 243ª reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense en Nueva Orleans.
La señal de rayos gamma, detectada por el Telescopio Espacial Fermi de la NASA, se ha encontrado en una dirección similar y con una magnitud casi idéntica a otra característica cósmica inexplicable previamente asociada a partículas cósmicas de alta energía. La investigación, publicada en The Astrophysical Journal Letters el pasado 10 de enero, inicialmente buscaba una característica relacionada con el Fondo Cósmico de Microondas (CMB), la luz más antigua del universo.
El CMB, originado durante la formación de los primeros átomos en el universo en expansión, ha sido objeto de estudio desde la década de 1970. Sin embargo, la reciente detección de una señal de rayos gamma plantea preguntas sobre las teorías actuales relacionadas con el movimiento de nuestro sistema solar, que se pensaba causaba la estructura dipolar observada en el CMB.
El equipo de astrónomos, al combinar 13 años de datos del Telescopio de Gran Área de Fermi, tenía como objetivo detectar un patrón dipolar en los rayos gamma relacionado con el CMB. Sin embargo, la señal encontrada no solo estaba en una dirección diferente, sino que también presentaba una magnitud diez veces mayor de lo esperado, desafiando las expectativas basadas en el movimiento conocido de nuestro sistema solar.
Científicos sugieren conexión entre fenómenos
Chris Shrader, astrofísico en la Universidad Católica de América, destacó que, aunque el descubrimiento no coincidía con las expectativas iniciales, podría estar vinculado a una característica similar observada en los rayos cósmicos de mayor energía. Esta conexión se vuelve aún más intrigante al considerar que, desde 2017, el Observatorio Pierre Auger en Argentina ha informado de un dipolo en la dirección de llegada de los rayos cósmicos de energía ultraalta (UHECR).
La dirección del dipolo UHECR es sorprendentemente similar a la ubicación de la señal de rayos gamma detectada por el equipo de Kashlinsky, y ambas comparten magnitudes cercanas al 7% más de partículas provenientes de una dirección específica. Los científicos sugieren que podría existir una conexión entre ambos fenómenos, generando preguntas sobre las fuentes desconocidas que podrían estar produciendo estas señales.
Este hallazgo, realizado gracias al Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi, una colaboración entre astrofísica y física de partículas gestionada por Goddard, plantea un emocionante misterio cósmico. Desarrollado en colaboración con el Departamento de Energía de EE. UU. y con importantes contribuciones de instituciones académicas y socios internacionales en Francia, Alemania, Italia, Japón, Suecia y Estados Unidos, Fermi continúa siendo un instrumento clave para la exploración del universo y la búsqueda de señales de origen extraterrestre.
La señales de Rayos Gamma no son señales de contacto extraterrestre
Las señales de Rayos Gamma detectadas por el Telescopio Espacial Fermi de la NASA, recientemente reveladas en un estudio presentado en la 243ª reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense, no se consideran indicios de contacto extraterrestre, según las investigaciones de la agencia espacial.
En lugar de eso, los astrónomos estaban originalmente enfocados en la búsqueda de características relacionadas con el Fondo Cósmico de Microondas (CMB), la luz más antigua del universo. La estructura dipolar del CMB, que ha sido objeto de estudio desde la década de 1970, se pensaba que se debía al movimiento de nuestro sistema solar. Sin embargo, la reciente detección de una señal de Rayos Gamma en una dirección y magnitud inesperadas ha cuestionado estas teorías existentes.
El equipo de investigación utilizó el Telescopio de Gran Área de Fermi para combinar 13 años de datos y buscar un patrón dipolar en los Rayos Gamma relacionado con el CMB. La señal encontrada no solo estaba en una dirección diferente, sino que también tenía una magnitud diez veces mayor de lo esperado debido al movimiento conocido de nuestro sistema solar.
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