Cuba celebra hoy los 61 años del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, que supuso el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista y el inicio de un proceso de transformaciones políticas, económicas y sociales.

A propósito de la fecha, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, manifestó en su perfil de la red social Twitter que “los cubanos somos vencedores del imposible. Y es un buen momento para proponernos otro año de excepcionalidad positiva”.

Con anterioridad, el mandatario había recordado que el año recién finalizado fue difícil para la isla y sus habitantes. “En vísperas de otro aniversario de la Revolución invicta y victoriosa, a nuestro pueblo le deseo ¡Muchas Felicidades! Atravesamos un año cargado de retos, tensiones y agresiones. Juntos los enfrentamos y juntos vamos ganando”, escribió Díaz-Canel este martes, también en la referida red social.

El pasado 21 de diciembre, en su discurso de clausura del IV Período Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), en el Palacio de Convenciones de esta capital, el presidente cubano pronunció palabras similares al hacer un balance del 2019 en la cotidianidad política y económica del país.

Según expresó en ese entonces, pese a las dificultades enfrentadas durante el año, por la escalada de la hostilidad de Washington contra La Habana, los cubanos tenían “todas las razones para festejar” el fin de año y el aniversario del inicio del proceso comandado por el ya fallecido Fidel Castro, líder histórico de la revolución cubana.

“En el año 61 de la Revolución nos tiraron a matar y estamos vivos. Vivos, celebrando y empeñados en seguir ganando”, señaló Díaz-Canel, que calificó la mayor parte de las críticas que se hacen al sistema cubano, y las insuficiencias del mismo, como “ataques” o “consecuencias”, respectivamente, de la política que Estados Unidos mantiene hacia Cuba desde el triunfo de 1959.