Alan Nichols tenía un historial de depresiones y otros problemas médicos, pero ninguno ponía en peligro su vida. Cuando este canadiense de 61 años fue hospitalizado en junio del 2019 por temor a que intentase suicidarse, le pidió a su hermano que lo “sacase” de allí lo antes posible. Al mes, Nichols pidió que le permitiesen morir y así se hizo, a pesar de las reservas expresadas por su familia y una enfermera.
Su solicitud incluía una sola razón para su pedido: una pérdida de la audición.
La familia de Nichols recurrió a las autoridades, diciendo que no estaba en condiciones de entender el proceso y que no sufría en extremo, condiciones necesarias para solicitar la eutanasia.
“Básicamente, mataron a Alan”, dijo su hermano Gary Nichols.
Expertos en discapacidades dicen que esta historia no es única en Canadá, probablemente el país con las reglas más permisivas en relación con la eutanasia, que autoriza a la gente con incapacidades solicitar que la maten sin que haya otros grandes problemas médicos.
Muchos canadienses apoyan la eutanasia y la organización Dying With Dignity (Morir Con Dignidad) dice que es una medida compasiva para acabar con el sufrimiento. Defensores de los derechos humanos, sin embargo, dicen que las regulaciones del país carecen de las salvaguardias necesarias, no valoran la vida de los discapacitados y alientan al personal médico a plantear ese recurso a personas que no lo hubieran considerado por cuenta propia.
Igualmente problemáticas, dicen los activistas, son las instancias en las que la gente quiere morirse porque no recibe apoyo adecuado del gobierno para seguir viviendo.
Canadá se apresta a ampliar el acceso a la eutanasia el año que viene, pero hay quienes dicen que toda la política hacia la eutanasia tiene que ser reconsiderada ya mismo.
Tim Stainton, director del Instituto Canadiense para la Inclusión y la Ciudadanía de la Universidad de la Columbia Británica, describió las leyes canadienses sobre la eutanasia como “probablemente la mayor amenaza existencial para las personas discapacitadas desde el programa de los nazis en Alemania en la década de 1930”.
El ministro de salud de Canadá Jean-Yves Duclos, por su parte, sostuvo que las leyes sobre la eutanasia “reconocen los derechos de todas las personas… así como el valor inherente e igualitario de cada vida”.
La eutanasia, en la que se autoriza a los médicos a usar drogas para matar a los pacientes, es legal en siete países: Colombia, Bélgica, Canadá, Luxemburgo, Holanda, Nueva Zelanda y España. También en varios estados de Australia. En otros sitios se permite el suicidio asistido, en el que el paciente toma él mismo la droga letal.
En Canadá los médicos pueden sugerir la eutanasia a pacientes que no la habían considerado, algo que está prohibido explícitamente en otras naciones. Tampoco se exige a los pacientes que hayan agotado todos los tratamientos posibles.
Bajo las leyes actuales, cualquier adulto con un serio problema de salud o incapacidad puede solicitar la eutanasia.
Theresia Degener, profesora de derecho experta en discapacidades de la Universidad Protestante para las Ciencias Aplicadas de Alemania, dijo que permitir la eutanasia solo por una incapacidad es una clara violación de los derechos humanos.
“Las leyes canadienses insinúan que vivir con una incapacidad no vale la pena y que, en algunos casos, es preferible la muerte”, manifestó.
Tras la muerte de Alan Nichols, su familia acudió a la policía, pero se le dijo que la documentación existente indicaba que “se había cumplido con los requisitos” para una eutanasia.
Una evaluación hecha por una enfermera facultativa destacó que Nichols tenía un historial de convulsiones, fragilidad y problemas de desarrollo.
Trudo Lemmens, especialista en leyes de la salud de la Universidad de Toronto, se mostró “estupefacto” por el hecho de que las autoridades hayan dicho que la muerte de Nichols estuvo justificada.
Algunos incapacitados optan por la muerte al no poder pagar sus cuentas médicas.
Stainton, el profesor de la Universidad de la Columbia Británica, hizo notar que ninguna provincia o territorio de Canadá ofrece beneficios para incapacitados si están por encima del nivel de pobreza.
En momentos en que países como Gran Bretaña y Portugal se aprestan a considerar legislaciones sobre la eutanasia, algunos expertos dicen que hay que analizar bien a fondo el sistema de Canadá.
El año que viene se autorizaría en Canadá la eutanasia por razones de salud mental. También se considera la eutanasia para menores “maduros”, como se describe a menores de 18 años que satisfacen los mismos requisitos que los adultos.
AP