La COP26 culminó en medio de un moderado optimismo por los acuerdos alcanzados para fortalecer la gobernanza climática internacional. Los Estados lograron cerrar el libro de reglas del Acuerdo de París para su efectiva implementación, incluyendo un paquete de decisiones relativas a los mercados de carbono, los mecanismos de reporte, los plazos comunes para la actualización de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) y el proceso para definir una nueva meta global de financiamiento.
Los gobiernos reconocieron la necesidad de incrementar la ambición tanto en mitigación como en adaptación, para lo cual será fundamental mejorar la cantidad, calidad, acceso, previsibilidad y eficacia del financiamiento de la acción climática. Asimismo, los países resaltaron la importancia de referirse al conocimiento científico como base para el desarrollo de toda acción climática que garantice no elevar la temperatura global del planeta más allá de 1.5 grados centígrados.
Si bien estas decisiones serán clave para la implementación del Acuerdo de París, algunos Estados señalaron la falta de transparencia e inclusión durante el proceso de negociación, que resultaron en un lenguaje menos ambicioso en varios frentes. Otros gobiernos expresaron su decepción debido a que no se logró acordar un compromiso de financiamiento para pérdidas y daños para los países más vulnerables al cambio climático, y otros manifestaron su descontento por aspectos relacionados con los mercados de carbono que requieren ser fortalecidos. A pesar de estas inconformidades, la voluntad de atender esta problemática mundial de manera conjunta prevaleció, adoptando así el Paquete Climático de Glasgow.
A lo largo de dos semanas intensas de negociación, la delegación mexicana tuvo una destacada participación, refrendando su compromiso con el multilateralismo como la mejor vía para redoblar esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.
México prioriza la perspectiva humana y el uso sustentable de los recursos naturales -elementos no negociables-, impulsando acciones basadas en la naturaleza que incorporen una visión social y económica, que permita terminar con las desigualdades y garantice el acceso efectivo al derecho a un medio ambiente sano.
Durante la intervención de México en el segmento ministerial, la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores González, resaltó que la crisis ambiental y una profunda desigualdad social nos muestran cómo hemos dejado atrás a quienes más nos necesitan, incluyendo la naturaleza.
Dado que el cambio climático representa un riesgo para la estabilidad del sistema financiero, México trabajó por promover una mayor movilización de recursos para la acción climática, el fortalecimiento de acceso al financiamiento y el desarrollo de capacidades. En ese sentido, México hizo un llamado a los países desarrollados a cumplir -en carácter urgente- su compromiso de movilizar 100 mil millones de dólares por año, a partir de 2020 y hasta el 2025, para financiamiento climático y a incrementar significativamente esa suma.
México insistió en una acción climática inclusiva y justa, contemplando tres cuestiones principales de manera transversal en todos los temas de negociación: derechos humanos, igualdad de género y derechos humanos de los pueblos indígenas. La delegación mexicana impulsó exitosamente referencias sobre estos temas en las decisiones de la COP26 y en el artículo 6 sobre mercados cooperativos voluntarios. La participación de México fue vocal para apoyar que por primera vez la representación de mujeres, jóvenes y pueblos indígenas obtuviera representación dentro del Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN, por sus siglas en inglés).
No obstante, México lamentó la exclusión de referencias específicas sobre derechos humanos, perspectiva de género y equidad intergeneracional en el Programa de Trabajo de Glasgow sobre Acción por el Empoderamiento Climático. También, la delegación mexicana expresó su preocupación por la falta de referencias al consentimiento libre, previo e informado para los pueblos indígenas en el diseño de actividades del nuevo mecanismo de mercado de carbono, siendo un elemento relevante para sus derechos humanos y la conservación de sus tierras ancestrales.
Por otra parte, México se unió a varias declaratorias para disminuir los impactos adversos de la actividad humana al medio ambiente, entre las que destacan la Declaración de bosques y uso de la tierra, cuyo fin es trabajar de manera colectiva para detener y revertir la pérdida de los bosques y la degradación de la tierra para el año 2030, a la vez que promover un desarrollo sostenible y fomentar una transformación rural inclusiva. También se unió a la Declaración para la disminución de metano, que busca reducir las emisiones contaminantes de ese gas hasta en 30 por ciento para 2030, de acuerdo con las emisiones de 2020.
Además, el país se sumó al establecimiento del Consejo de Normas Internacionales para la Sostenibilidad, con el cual se sentarán las bases técnicas para la creación de estándares de divulgación de sostenibilidad globales para los mercados financieros y que satisfacen la creciente y urgente demanda de racionalizar y formalizar las divulgaciones corporativas de sostenibilidad.
Al mismo tiempo, durante la COP26, y con la presencia de la subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado Peralta, se reconoció a Estados Unidos y Francia por unirse al Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible, del cual México es miembro fundador. Es de subrayarse que los océanos, además de su riqueza en recursos, son los mayores reguladores naturales de temperatura del planeta.
Asimismo, México participó en el evento “La Crisis Climática: una Crisis de la Niñez”, donde reafirmó su compromiso con los derechos humanos de este grupo y destacó que, para la próxima COP27, realizará consultas con niñas y niños durante el proceso de elaboración de la posición de México para las negociaciones de dicho encuentro.
En seguimiento a los llamados de atención del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, nuestro país incorporó en su equipo de negociación a cuatro mujeres “Jóvenes Embajadoras por el Clima de Operación COP”, quienes tuvieron una notable participación como integrantes de la delegación mexicana, liderando discusiones clave como la adaptación al cambio climático.
La vigesimoséptima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) tendrá lugar en Egipto en 2022, donde continuarán los trabajos de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático para definir la nueva meta global de financiamiento y el mecanismo para atender las pérdidas y daños ocasionados por los impactos adversos del cambio climático.