La Unión Europea confirmó una oferta de un plazo de extensión para el Brexit hasta el 31 de octubre con la oportunidad de una revisión del Reino Unido para determinar una salida más temprana, una decisión que aún tiene que aceptar la Primera Ministra británica, Theresa May
May había pedido una prórroga hasta el 30 de junio, mientras que Tusk apostaba por una más larga, como máximo de un año, que permita al Reino Unido salir de la UE tan pronto como esté listo para ello, lo que supondría que Londres tendría que convocar elecciones europeas.
La llamada cláusula de interrupción que haría posible la salida de la UE el 30 junio fue ofrecida para relajar la postura de Francia que quería más garantías de la participación del RU en las elecciones europeas.
Francia había sido el país más crítico con la posibilidad de conceder una prórroga larga al Reino Unido y alertaba, sobre todo, del peligro de que la permanencia de los británicos pusiera en riesgo el funcionamiento de las instituciones comunitarias.
De hecho, fuentes diplomáticas llegaron a asegurar antes del fin de la reunión que Francia se había quedado aislada y que la cumbre «ya no trata del Reino Unido», en referencia a la postura dura del Presidente galo, Emmanuel Macron.
Frente a esa posición, Alemania apostaba con claridad por un retraso largo del Brexit, una línea en la que se situaban también países como Portugal u Holanda.
Con información de EFE