El cardenal australiano George Pell fue sentenciado a seis años de cárcel por cinco cargos de abusos sexuales a dos menores en 1996, de acuerdo con la cadena BBC.
Pell, ex encargado de las finanzas del Vaticano, es el miembro de mayor jerarquía en la historia de la Iglesia católica en ser hallado culpable de abuso sexual.
El prelado de 77 años se encuentra detenido desde el 27 de febrero, un día después de que se diera a conocer el veredicto de culpabilidad por el que se enfrenta a una pena de hasta diez años por cada una de las acusaciones.
Un jurado de 12 personas del Tribunal de Victoria, la segunda instancia judicial de ese estado australiano, le declaró culpable en una decisión que tomó por unanimidad el pasado 11 de diciembre.
Pell fue juzgado por segunda vez después de que en un primer proceso sobre los hechos ocurridos en la catedral de St Patrick de Melbourne contra dos niños no identificados de 13 años, el jurado no alcanzara la unanimidad.
La acusación se basó en el testimonio de 14 testigos, incluido el de la única de las dos víctimas que sigue viva y que decidió denunciar los hechos cuando la otra murió en 2014 de una sobredosis de heroína
Pese a que los hechos ocurrieron hace más de veinte años, el testimonio de la víctima fue aceptado como válido en el caso contra el cardenal, la más alta autoridad de la iglesia católica acusada de pederastia.
Durante el juicio, Pell, quien se declara «no culpable», se acogió a su derecho a no declarar y en su lugar se utilizó la declaración que hizo a la Policía australiana en 2016 en un hotel de Roma, cuando el cardenal aun era jefe de las Finanzas del Vaticano.
«Qué montón de basura absoluta y vergonzosa. Completamente falso, es una locura», dijo entonces Pell al ser interrogado por las acusaciones en el vídeo de la Policía difundido después de que el juez Peter Kidd levantara la orden que impedía difundir detalles del caso en Australia.
El magistrado justificó esa orden para evitar influir al jurado en un segundo caso contra Pell por abusos sexuales a menores que habría cometido en una piscina de Ballarat, su ciudad natal, en la década de 1970, y fue levantada cuando la Fiscalía desistió de seguir el proceso.