Los líderes mundiales están llegando ya a Argentina, país anfitrión de la nueva cumbre del G20.
Uno de ellos ha sido el presidente francés, Emmanuel Macron, acompañado de su esposa, Brigitte.
Hasta aquí todo normal, pero lo que ha pasado cuando su avión aterrizó, no ha dejado indiferente a nadie:
Gustavo Arballo
Me muero de amor con el señalero chaleco fluo que razonó: si nadie lo saluda, yo asumo la representación de LA REPUBLICA ARGENTINA y es mi deber saludar en nombre de la Nación al dignatario que nos visita, jurídicamente se llama «gestión de negocios»
Efectivamente, cuando el matrimonio francés llegó, no había nadie del gobierno argentino para darles la bienvenida.
Macron y su esposa Brigitte se encontraron con varios empleados del aeropuerto, a los que saludaron muy cercanamente. A medida que bajaban la escalera del avión, el mandatario francés levantaba la vista y miraba para ver si se encontraba con alguien del equipo de gobierno de Mauricio Macri, pero a pie de pista solo había más trabajadores, que también les saludaron.
Finalmente apareció la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, quien, según medios argentinos, fue víctima de un error de protocolo: «Teníamos que esperar a que nos dijeran ‘ahora’, entonces ahí íbamos para la alfombra roja para recibirlos'».
Es una anécdota en el marco de un G20 que parece «conflictivo».
Macron se esforzará por avanzar en una reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y preservar el Acuerdo de París sobre el clima, a pesar de que las tensiones entre China y Estados Unidos pueden dominar la cumbre.
Su reunión con Donald Trump promete ser fría.
Fuente: Excelsior