El mexicano Gabriel Solache, quien fue exonerado después de pasar 19 años en prisiones de Illinois, Estados Unidos por un doble crimen que no cometió, demandó este viernes al Departamento de Policía de Chicago por la violación de sus derechos civiles y pidió una compensación.
«Mi pesadilla no tendrá fin hasta que el detective (Reynaldo) Guevara, la ciudad de Chicago y todos los responsables de mi condena injusta paguen por los dos años que pasé en el pabellón de la muerte y 18 años en prisiones de máxima seguridad», declaró Solache en un comunicado difundido por sus abogados.
La demanda acusa a Guevara, que está retirado, y a otros oficiales del Departamento de Policía de Chicago, de haberle extraído una confesión a golpes, durante 40 horas seguidas de interrogatorios.
«Era inocente, pude ser ejecutado y mi condena a muerte fue conmutada, aunque con la posibilidad de pasar el resto de mis días en una prisión», agregó Solache, quien quedó en libertad en diciembre y corre el riesgo de ser deportado a México, de donde llegó indocumentado en 1992.
El mexicano fue arrestado en abril de 1998 y liberado en diciembre pasado, para después pasar más de un mes bajo la custodia de autoridades migratorias, que lo liberaron el pasado 3 de febrero.
El texto señala que los policías ocultaron y destruyeron además información exculpatoria, incluyendo fotografías de la escena del doble crimen de los hispanos Jacinta y Mariano Soto, ocurrido en 1998, de los que fueron acusados Solache y el también mexicano Arturo DeLeón Reyes.
Según destacaron los abogados, no hubo evidencias físicas que conectaran a Solache con los crímenes, lo que fue probado casi 15 años después por una prueba de ADN.
DeLeón Reyes, que también fue exonerado y presentó una demanda similar en febrero, acusó de actos criminales a Guevara y colegas que sabían lo que él hacía y a menudo participaban, además del Departamento de Policía que permitía e incentivaba este tipo de abusos.
El mexicano abandonó voluntariamente el país hace unas semanas, mientras que Solache aguarda respuesta a una solicitud de la Visa U como víctima de violencia policial, para evitar la deportación.
Los dos integran un grupo de 14 personas cuyas condenas se anularon en los últimos años al comprobarse los abusos cometidos por Guevara para incriminarlas.
Para la abogada Jan Susler, de People’s Law Office que representa casos de condenas injustas, Guevara ha sido uno de los policías más brutales y corruptos de la historia de Chicago.