El Senado solicitó a las secretarías de Salud y de Educación Pública, así como a sus homólogas estatales que, en coordinación con el personal de salud comunitario, pongan en marcha programas de educación sexual integral para las diferentes etapas del crecimiento de las personas y proveer los métodos anticonceptivos que se requieran.
En el dictamen avalado por el Pleno, las y los senadores advirtieron que es necesaria una educación integral de la sexualidad, que se imparta desde la infancia y permita la planificación y toma de decisiones al iniciar la vida sexual, ya que no es suficiente el impulso de programas de asesoramiento sobre planificación familiar.
Además, subrayaron la importancia de impulsar una educación sexual acorde a cada etapa del crecimiento, incluyendo temas de cuidado, intimidad, respeto, decisión y consentimiento”. Este conocimiento, argumentan, puede apoyar en la protección contra el abuso sexual infantil.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la educación sexual se ha enfocado en tratar los riesgos potenciales de la sexualidad como el embarazo no planificado y las enfermedades de transmisión sexual.
Con ello, se advierte en el dictamen, se generan emociones negativas en niños y adolescentes, por lo que se requiere un enfoque global, de manera que la educación sexual les apoye a determinar, de forma consciente e informada, su relación con su cuerpo y con su entorno social.
Al mismo tiempo, las y los legisladores reconocieron que la educación sexual que se brinda a temprana edad, abona a la prevención de las consecuencias negativas relacionadas con la sexualidad; además, puede mejorar la calidad de vida, salud y el bienestar, por lo que se favorece la salud en general.
La senadora Lilia Margarita Valdez Martínez, de Morena, destacó que una consecuencia del olvido de este tema es la violencia contra mujeres, el abuso sexual contra niños y niñas, así como los embarazos adolescentes. Debe enseñarse y formar a los menores, de tal manera que crezcan con responsabilidad sexual, “la sexualidad no es para violentar a los demás, sino parte integral de la naturaleza”.
Rocío Abreu Artiñano, senadora del mismo Grupo Parlamentario, apuntó que no se trata de un tema que tiene que ver con un interés personal: “no podemos cerrar los ojos y querer proteger desprotegiendo, tenemos que ser conscientes del abuso a menores, los embarazos, y las enfermedades sexuales, van de la mano con no tener los elementos necesarios para estar alertas”.
Al manifestar su posición en contra, el senador de Acción Nacional, José Alfredo Botello Montes, destacó que en este exhorto “los grandes ausentes a este llamado son los padres de familia”, quienes tienen derecho preferente a escoger el tipo de educación para sus hijos.
La senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, de la misma fracción parlamentaria, dijo no coincidir con su compañero de bancada, y lo invitó a reflexionar sobre la importancia de abordar el tema de la educación sexual de manera integral. Adicionalmente, declaró que el embarazo infantil no tiene que relacionarse con la promoción de los anticonceptivos.
En favor del dictamen, la senadora Patricia Mercado Castro, de Movimiento Ciudadano, expuso que la educación sexual es clave para prevenir el embarazo adolescente. Trabajar sobre la conciencia desde la infancia, permitirá construir relaciones libres de violencia, dolor y coacción, por lo que no se puede separar la agenda de derechos sexuales y reproductivos con su componente educativo de la lucha contra la violencia de genero.
Por el PES, la senadora Marcela Mora Arellano refirió que el Estado mexicano tiene la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos sexuales de conformidad con los principios de universalidad, independencia y progresividad.
Foto: Senado