La magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora Malassis, reconoció que la democracia mexicana es fuerte y que en las elecciones del pasado 1 de julio las instituciones alcanzaron los objetivos.

Al determinar que la elección presidencial fue válida, que Andrés Manuel López Obrador resulta elegible al cargo, y que procede expedir a su favor la constancia de presidente electo, reconoció también la participación de millones de mexicanos que determinaron el triunfo de los pasados comicios.

“Este momento es propicio para reconocer a los millones de mexicanas y mexicanos que participaron en este proceso que ha permitido una vez más comprobar que nuestra democracia es fuerte, que sus instituciones alcanzan los objetivos para los que fueron creadas, todo ello pese al contexto de violencia en el que se desarrolló este proceso”, resaltó.

Otálora Malassis afirmó que hoy se constata, una vez más, que la ciudadanía mexicana es participativa y que busca el bien común, a partir de la suma de las individualidades expresadas en los comicios.

Agregó que ahora quedará en manos de la ciudadanía y de sus representantes exigir cuentas y vigilar las actuaciones de quienes formarán los Poderes de la Unión, como el Ejecutivo y Legislativo, y que precisamente, en eso consiste el ejercicio democrático consustancial de la división de Poderes.

Destacó que el Instituto Nacional Electoral (INE) organizó una elección ejemplar, y puntualizó que esta Sala Superior del Tribunal ha estado inmersa una vez más en la resolución de los conflictos derivados de la contienda por el poder, pero se ha mantenido por encima de las disputas políticas como le corresponde a una autoridad independiente, sólida, autónoma y fuerte.

“En este contexto, refrendamos al Tribunal Electoral como una institución comprometida con la democracia, dedicada a preservar y fortalecer sus valores, garantizando su defensa y constante construcción”, resaltó Otálora Malassis.

Detalló que lo que ha ocurrido en todas las etapas del proceso electoral, que empezó con su organización, la jornada electoral del 1 de julio de este año, y la validez y calificación por parte de este Tribunal, refleja el grado de madurez de nuestro sistema y sirve para medir la eficacia de la infraestructura electoral.

“Hoy damos cuenta de la legalidad de esta contienda política con lo que se concluye una de las etapas más significativas del presente proceso electoral. Esta elección histórica por sus resultados en las urnas, demuestra que nuestra democracia ha alcanzado su nivel de madurez; que la alternancia en el poder de partidos políticos de ideologías opuestas es una realidad que se logra solo por el voto ciudadano”, resaltó.

Reiteró que la Sala Superior actúa como garante de la constitucionalidad, legalidad y, por ende, legitimidad de la renovación del Poder Ejecutivo, y destacó que únicamente los procesos electorales que son libres, competidos y justos, que se apegan a los principios que determina la Constitución, ameritan el adjetivo de democráticos.

“Los procedimientos electivos ofrecen la legitimidad exigida por la sociedad que considera que solo aquellas personas que han obtenido el poder a través del sufragio popular tienen el capital moral y político para ejercerlo”, concluyó.