La Liga MX no encubre a nadie y el futbol mexicano es limpio, defendió el presidente del organismo, Enrique Bonilla.
Desde julio de 2013 al 8 de marzo de 2019 los controles antidopaje en la Primera División Mexicana han arrojado 89 analíticos adversos, según cifras dadas a conocer por la Conade.
«El futbol mexicano no está obligado por ningún reglamento ni por ninguna ley a ejercer los controles antidopaje, los ejerce porque el futbol mexicano quiere un deporte limpio y porque confía en que el trabajo que se hace en los clubes es el adecuado y que no se requiere de sustancias extrañas al cuerpo para mejorar el rendimiento.
«Uno, es voluntario; dos, en efecto, los resultados, todas las muestras se mandan al laboratorio de la Conade que es un laboratorio certificado por la Agencia Mundial Antidopaje y en el caso en que sale un adverso el resultado se va a la AMA, a la FIFA y a nosotros, o sea no es de que nosotros podamos encubrir el que alguien dé un adverso», dijo el directivo vía telefónica a Cancha.
Del total de analíticos adversos, 87 fueron por Clembuterol y 2 más por Dexametasona (2014) y Betametasona (2018). Bonilla no quiso dar nombres, pero dijo que en ambos se demostró la negligencia médica; el primero de ellos correspondería a Julio Nava, jugador de Jaguares que fue suspendido en aquel tiempo.
«Hemos participado entregando todas las muestras, los estudios, haciendo cuestionamientos a los jugadores afectados de dónde consumieron los alimentos, dónde los compraron, dónde fueron cocinados, etcétera, todo esto para que las autoridades tengan un seguimiento de dónde se dan los casos y puedan actuar en consecuencia. Nosotros estamos claros, estamos transparentes y actuando de conformidad con lo acordado», expuso.