Washington da el último adiós al fallecido ex presidente George H.W. Bush con un funeral que reunirá a líderes mundiales, altos cargos estadounidenses y a un hombre de Maine que solía realizar reparaciones en su vivienda de verano.
La ceremonia de este miércoles en la Catedral Nacional de Washington, donde se celebran los funerales de estado, coronará tres días de homenajes por parte de Mandatarios y ciudadanos de a pie al Presidente republicano que supervisó la transición posterior a la Guerra Fría y lideró una exitosa Guerra del Golfo antes de perder la reelección en un cambio generacional en favor del demócrata Bill Clinton en 1992.
Los cuatro ex presidentes vivos acudirán al funeral (incluido George W. Bush, quien ofrecerá una elegía sobre su padre) así como Donald Trump, quien no está previsto que intervenga.
En la lista de invitados se encuentran los Reyes de Jordania, Príncipes de Reino Unido y Bahréin, la Canciller de Alemania y el Presidente de Polonia, además de los representantes de más de una docena de países.
También se espera la asistencia de Mike Lovejoy, un electricista y obrero de Kennebunkport que trabajó en la residencia de verano de Bush en Maine desde 1990 y que dijo que se sorprendió al recibir la invitación.
En tanto, el Papa Francisco envió este miércoles las condolencias a la familia Bush.
«Encomendando el alma del presidente Bush al amor misericordioso de Dios Todopoderoso, Su Santidad invoca para quienes lloran su partida las bendiciones divinas de fortaleza y paz», escribió en un telegrama el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, al presidente de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos, Cardenal Daniel DiNardo.
Este martes, soldados, personas en sillas de ruedas y largas filas de estadounidenses atravesaron la silenciosa Rotonda del Capitolio para ver el féretro y recordar al ex presidente, cuyo legado incluyó una participación en la Segunda Guerra Mundial y una histórica ley que otorgó derechos a los discapacitados.
El ex senador Bob Dole, compañero en la guerra, en la paz y en la lucha política, se levantó de su silla de ruedas para saludar a su viejo amigo y rival, mientras que Sully, el perro de servicio de Bush, también estuvo presente.
Tras el funeral, los restos mortales de Bush regresarán a Houston, donde permanecerán en la iglesia episcopal de St. Martin antes de su entierro el jueves en la parcela familiar en los terrenos de su biblioteca presidencial en la Universidad A&M de Texas en College Station.
Su lugar de descanso final será junto a Barbara Bush, con quien estuvo casado durante 73 años hasta su deceso en abril pasado, y a Robin Bush, la hija de la pareja que falleció por leucemia en 1953 a los tres años.
El actual presidente estadounidense ordenó el cierre temporal del Gobierno federal este miércoles por luto nacional, en tanto las banderas de los edificios públicos ondearán a media asta durante 30 días.