A pocas horas de finalizar la remodelación que se efectuó en el tradicional “Paseo Bravo”, que se ubica sobre la 11 Sur, familias poblanas acuden a conocer los nuevos espacios que serán inaugurados de manera formal este miércoles por el gobernador Tony Gali y el edil Luis Banck.
En general, para la mayoría de las personas que acudieron a conocer los cambios que se realizaron, coincidieron que esperaban que fueran más notorios, aunque a los que se efectuaron, les dieron el visto bueno.
Para la señora Esperanza González, y para Marisol y Alexis, quienes son jóvenes, coincidieron en que esperan que se respeten los espacios que se están dignificando y que las autoridades efectúen también de manera permanente un mantenimiento al lugar, con el objetivo de que permanezca limpio, cuidado y bonito todo el tiempo.
“Es muy bueno y más que nada espero que la gente respete los lugares porque el municipio o el gobierno puede hacer mil cosas, pero si los ciudadanos no los respetamos realmente todo el dinero que se invirtió se va a la basura”, indicó la señora Esperanza.
En tanto, el señor Juan Carlos destacó que la modernización del espacio es un beneficio para todos los ciudadanos y para turistas.
“Es un beneficio para la sociedad, para el estado de Puebla, tener sus áreas conurbadas, bien arregladas, para toda la gente que nos vista y para toda la República que conozcan Puebla y que vean cómo ha cambiado y se ha modernizado, los lugares han sido adaptados y mejorados para la gente”.
Para una abuelita, que acudió acompañada de su nieto, indicó que esperaba que hubiera un espacio específico para que los niños pudieran jugar como antes y en el caso del señor Jaime comentó que buscaba que se hubieran dado cambios más vistosos.
“Se ve muy moderno pero no es la gran cosa, solo colocaron maceteros las bancas, eso es todo, lo que veo diferente, todo lo demás lo veo igual, si acaso barrieron, creí que habría otra cosa”.
Con melancolía, la mayoría de las personas adultas recordó el haber visitado alguna vez el zoológico que se instaló no por mucho tiempo en el Paseo Bravo, y otros más que acudían de manera frecuente a disfrutar de los juegos mecánicos como el tren y el gusanito que cientos de niños que hoy son adultos disfrutaron, así como del uso de triciclos donde recibían pláticas de validad, entre muchas más anécdotas que permanecerán imborrables en sus mentes.