El Producto Interno Bruto (PIB) de China se contrajo un 6.8 por ciento en el primer trimestre de 2020, la primera contracción desde el final de la Revolución Cultural en 1976, debido al impacto económico causado por la pandemia de coronavirus COVID-19.
De acuerdo con el Buró Nacional de Estadísticas (BNE), el desarrollo económico y social del país asíatico en general se mantuvo estable, pero reconoció que el brote epidémico ha supuesto una dura prueba.
La producción del sector servicios, que ocupó casi un 60 por ciento del PIB total, cayó un 5.2 por ciento, mientras que la de las industrias primaria y secundaria registró retrocesos del 3.2 y el 9.6 por ciento, respectivamente, precisó.
Las ventas minoristas, una medida clave del consumo en la segunda economía mundial y la nación más poblada del mundo, cayeron un 15.8 por ciento, luego de un colapso récord del 20.5 por ciento en los primeros dos meses, mucho peor que las previsiones de una caída del 10.0 por ciento.
La inversión en activos fijos, un indicador del gasto durante el año hasta la fecha en artículos que incluyen infraestructura, propiedades, maquinaria y equipo, cayó un 16.1 por ciento durante los primeros tres meses, desde un mínimo histórico de menos 20.5 por ciento en enero-febrero .
«La situación de la prevención y el control de la epidemia sigue mejorando en el país, con una interrupción básica en la transmisión epidémica doméstica», señaló el BNE, que apuntó que la reanudación del trabajo y la producción se ha acelerado y las industrias fundamentales evolucionan de manera sostenida, destacó la agencia Xinhua.
Los datos revelados este viernes muestran que en marzo el mercado laboral de China mejoró ligeramente, con una tasa de desempleo calculada mediante encuesta del 5.9 por ciento, cifra que constituye una baja de 0.3 puntos porcentuales frente a la de febrero.