Cuánta razón tiene Fernando Aristeguieta, delantero del Puebla, cuando describió la escena dantesca en La Corregidora: “Es difícil explicar la impotencia que generan situaciones como las de Querétaro, Un espacio que está ideado para unir, para disfrutar, para desconectar de forma sana con los amigos y la familia; termina convertido en un campo de batalla”. Y si, “los inadaptados no deberían tener lugar en ningún estadio”; ojalá paguen los responsables.