Uno de los espacios más importantes del país en la comercialización de carne es el Mercado de San Juan, un punto de venta que devela dos males de su producción: precariedad del empleo y bajos estándares de calidad del producto, así lo revela Zoe Castell, egresada de la Maestría en Antropología Sociocultural del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH), en su tesis Mercancía dañada. Carne y carnales al Oriente de la Ciudad de México, con la cual obtuvo el grado de maestra Cum laude en la BUAP y, en fechas recientes, el premio Fray Bernardino de Sahagún del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Para desarrollar esta etnografía de la carne, Castell Roldán vivió durante casi cuatro meses en el Mercado de San Juan, uno de los más antiguos de la Ciudad de México, ubicado cerca de Ciudad Nezahualcóyotl. En ese tiempo identificó dos graves problemas: elevada precariedad del empleo de quienes participan en esta cadena de valor, y altos niveles de clembuterol en la carne con estándares de calidad inferiores a los recomendados para el consumo humano.
En su estudio dio cuenta de lo que ella llama un “contubernio entre productores, vendedores mayoritarios, ganaderos y jefes de rastro, con representantes del Estado”, que ocasiona un marco de corrupción e ilegalidad en cada uno de los eslabones de esta cadena, cuyo resultado es la venta de un mal producto y la falta de dignidad en la vida de los trabajadores.
La mayoría de los trabajadores, hombres jóvenes que han crecido en situación de violencia explícita, estructural, económica, de todo tipo, deben ser duros para soportar ese trabajo enmarcado en la ilegalidad. Zoe vivió ahí. En su convivencia con ellos conoció casos de familias con tres generaciones que se han dedicado a cargar carne y que no han podido acceder a la educación y una vivienda digna, a derechos básicos.
La egresada del programa de Maestría en Antropología Sociocultural del ICSyH “Alfonso Vélez Pliego”, cuyo asesor de tesis fue el doctor Ricardo F. Macip, investigador adscrito a este instituto, fue distinguida con el premio Fray Bernardino de Sahagún del INAH, en la categoría de Maestría, por su tesis Mercancía dañada: Carne y carnales al Oriente de la Ciudad de México, un trabajo en el cual combinó el análisis de la producción de mercancías, un tema básico de la economía política, con el trabajo. Desde esta base teórica, antes no se había hecho un trabajo similar sobre la carne.
El premio fue entregado en una ceremonia solemne en las instalaciones del Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, el pasado 22 de noviembre.