Presentan el libro «El 68 en Puebla y su Universidad», de la historiadora Gloria Tirado Villegas
Al señalar que el movimiento estudiantil de 1968 ha sido el más estudiado del siglo XX y un parteaguas en los sucesos del país, el Rector Alfonso Esparza Ortiz subrayó que los jóvenes siempre han sido los protagonistas de la historia: “Son parte de la historia de México y son el motor de la sociedad”.
Como protagonista, “el joven es aquel que como estudiante no se esconde: denuncia, critica, señala y forma parte la historia. Si bien aquello sucedió hace 50 años, hoy es una batalla que se enarbola en la Institución”, afirmó.
En la presentación del libro El 68 en Puebla y su Universidad, de la doctora Gloria Tirado Villegas, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH), reconoció la importancia de esta obra que recopila diferentes puntos de vista y fuentes, para tener una interpretación que se nutre con el paso del tiempo.
Una de las grandes virtudes del libro –precisó- es presentar un retrato de la juventud de esos días y de los estudiantes, los grandes protagonistas del movimiento. Por ello, “el 2 de octubre es un día para honrar”.
Durante su disertación, acompañado de la autora y del académico Marco Antonio Cerdio Roussell, el Rector Esparza consideró que un ingrediente adicional es su enfoque para escudriñar el movimiento que surgió en la BUAP, cuando entonces era una universidad pequeña, que ya enfrentaba el impacto del crecimiento en la matrícula y problemas económicos. Asimismo, situar a los jóvenes en los espacios universitarios en los que llevaban a cabo sus actividades, las lecturas que predominaban entre ellos, sus intereses, expectativas y su opinión sobre los acontecimientos de aquellos días. También analiza la rivalidad entre los llamados “FUA’s” y los “Carolinos”, así como la influencia de las olimpiadas.
Este movimiento, añadió Esparza Ortiz, se produjo como resultado de diversas circunstancias, entre ellas un mundo acechado por la Guerra Fría, la Primavera de Praga, el mayo francés y otras luchas estudiantiles en Estados Unidos, Polonia, Chile o Gran Bretaña, así como la polarización ideológica y el surgimiento de diferentes corrientes en un mismo grupo político.
Igualmente, el libro recopila los lamentables sucesos de San Miguel Canoa y la participación de personalidades emblemáticas de la historia universitaria, como Óscar Walles Morales, Luis Rivera Terrazas, Isauro Gónzález Méndez, Manuel Beltrán, Manuel Guzmán, Joel Arriaga y Manuel Lara y Parra.
Ante estudiantes, directores y funcionarios universitarios, reunidos en el Aula Virtual del Complejo Cultural Universitario, la doctora Gloria Tirado Villegas comentó que El 68 en Puebla y su Universidad está escrito desde una mirada general y forma parte de los proyectos financiados por la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado de la Institución.
“Lo escribí pensando en los jóvenes que recrean la ciudad, para que conozcan su capital en aquellos años en los que se esperaba con ansia las olimpiadas, la inauguración del Estadio Cuauhtémoc y donde el Carolino era el corazón de la Universidad”. Estos son algunos de los hechos citados en el libro y que, sin duda, marcaron a los poblanos, aseguró la autora.
Por su parte, Marco Antonio Cerdio Roussell, académico de la Facultad de Filosofía y Letras, consideró que esta obra responde a la recopilación de distintos matices con visión local, a la par de recuperar espacios y estilos de vida de aquella época y mostrar la solidaridad de los jóvenes con distintos conflictos, con la lucha local en una ciudad extremadamente conservadora.
“Me hizo regresar a las narraciones de mis padres y ver que el movimiento del 68 también repercutió en el interior del país. México fue otro después del mes de octubre del 68”, finalizó.
“Honrar a los mártires de Tlatelolco con el fruto de la semilla que sembraron”
Hace medio siglo, un numeroso sector de estudiantes mexicanos se sumó a un movimiento global que anhelaba un mundo más justo. Tras una serie de manifestaciones, la jornada del 2 de octubre de 1968 culminó con la masacre de Tlatelolco. A 50 años de este acontecimiento que marcó la historia reciente del país, el Rector Alfonso Esparza Ortiz rindió homenaje a su memoria: “Hoy, a través del fruto de la semilla que sembraron estos estudiantes, honramos este movimiento que nació para exigir espacios de diálogo, oportunidades y nuevos horizontes”.
Antes de la presentación del citado libro, el Rector de la BUAP presidió una ceremonia conmemorativa en la Preparatoria 2 de Octubre de 1968. Allí afirmó que la matanza de estudiantes universitarios es un hecho “que no puede ni debe olvidarse”. Ante estudiantes, académicos y administrativos cuestionó si la sociedad hoy en día es capaz de honrar dicho movimiento. No tanto con huelgas, marchas y manifestaciones, como era entonces, “sino a través del fruto de su semilla”.
Acompañado del director de la preparatoria, José Rosas Ibarra, el Rector Alfonso Esparza colocó una ofrenda floral en memoria de los mártires de Tlatelolco: “Jóvenes que enarbolaron la bandera de la libertad para exigir la liberación de presos políticos, la supresión del delito de disolución social y el cuerpo de granaderos, así como castigo a los servidores públicos que actuaron con violencia en contra de los alumnos”. La semana de actividades conmemorativas que realiza la preparatoria “es un justo homenaje a los participantes de dicho movimiento”, comentó.
Agregó que permiten a las nuevas generaciones conocer y valorar los hechos del pasado que cimentaron y fortalecieron la universidad pública. Medio siglo después, cuando es compresible que las nuevas generaciones ignoren muchos aspectos del movimiento del 68, es importante que eventos como este “nos refresquen la memoria, tanto por su reminiscencia histórica, como por la perspectiva que ofrece a la juventud”.
“Son como un reconocimiento que tienen la finalidad de incentivar en los estudiantes la apropiación crítica y analítica de los hechos históricos, que les permita comprender su impacto en nuestros días”, concluyó.
Finalmente, el Rector Esparza indicó que el carácter de esos universitarios “nos recuerda el compromiso de formar hombres y mujeres que deben trabajar en la construcción de una sociedad con justicia, equidad, democracia, pluralidad y prosperidad. Es decir, lograr que cada día el conocimiento se utilice para el bien de la sociedad”.
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