La ciudadanía digital tiene sus responsabilidades, tiene sus derechos y obligaciones y a la vez implica el cuidado de la vida e identidad de cada una de las personas, desde el punto de vista social y amoroso y estar atentos de todo lo que sucede ahí.
Los últimos tiempos han exigido una mayor relación del ser humano con el uso de las tecnologías. Tenemos 20 años de vivir con la tecnología del chat, con las redes sociales, han sido 20 años acelerados en los que las redes sociales han estudiado los comportamientos del ser humano para encontrar una de sus principales debilidades, que es el amor, la búsqueda de la pareja, la búsqueda de sentirse aceptado o atraído.
Las redes sociales y las apps de citas han encontrado un público interminable para las citas amorosas, para el encuentro amoroso y esto es un negocio, en donde las personas están siendo manipuladas de cierta forma para atender a estas apps e involucrar ahí nuestra vida sentimental y encontrar parejas sin conocerlas, provocando que la gente cada vez queda más expuesta en estas relaciones, señaló Ivonne Martínez Hernández, Integrante del Centro de Innovación del Aprendizaje CENIA-UPAEP.
El territorio de las redes sociales, el territorio digital se vuelve peligroso cuando se involucra ese “flechazo, ese enamoramiento ciego en donde está el ser humano sintiendo, pero está en la distancia, está en contacto a través de una pantalla, está a través de un muro de Instagram por fotografías enamorándose de la otra persona, que no sabe si existe, que no sabe quién es en realidad y que puede estar con una doble identidad, que puede estar con una máscara en medio de esto”.
Expresó que hay dos tipos de engaños en estos ambientes y pasamos a esos peligros de las redes sociales, a través del carpfishing, “persona que no muestra su identidad y que se inventa una nueva identidad y que a través de ella busca involucrar, busca seducir, busca atrapar a una víctima con diferentes fines y la segunda, el uso de la inteligencia artificial, por ello es importante analizar si es posible el amor en redes sociales, si es posible el amor en la distancia y qué medidas se deben tomar para salir ileso y poder encontrar realmente a un ser humano auténtico, verdadero, confiable, que involucre sus valores en esa relación.
Este peligro lo pueden padecer niños, adolescentes y adultos, porque en cualquier edad en la que nos encontremos vulnerables, porque incluso pueden ser personas de la tercera edad que se encuentren en algún momento de vulnerabilidad en su vida, esa palabra de ser vulnerable, facilita el enamoramiento fugaz, porque se sienten escuchados, se sienten leídos, les dan like a sus publicaciones, reciben mensajes cotidianamente para ser embaucados en una relación de peligro a la larga.
Ivonne Martínez señaló que de acuerdo a datos estadísticos de una encuesta que se hizo en el 2021, el 59.1% de esa población afirma haber tenido una relación romántica por internet, llámense redes sociales, chats individuales o apps para la búsqueda de parejas, cifra que se acrecentó con la pandemia y que trajo un refugio mayor hacia lo digital, por el miedo a salir y contagiarse del virus.
Las apps de citas incrementaron mucho su nivel de audiencia durante la pandemia de salud, en el 2021, que era de 59.1% y estadísticamente se prevé que en el 2022, por estas fechas, haya subido al 69.4%, lo que nos muestra qué tan peligroso se está volviendo este ambiente y qué tan concurrido es actualmente.
Dijo que hay redes sociales que están ganando terreno, en primer lugar, twitter; Messenger de Facebook; Telegram; WhatsApp; Instagram y Facebook y como apps de citas, están en primer lugar Tinder; Bumble; Badoo y Happn; aplicaciones que tienen una manera distinta para trabajar con los usuarios.
Las redes sociales y las apps de citas han encontrado un público interminable para las citas amorosas, para el encuentro amoroso y esto es un negocio, en donde las personas están siendo manipuladas de cierta forma para atender a estas apps e involucrar ahí su vida sentimental y encontrar parejas sin conocerlas, provocando que la gente cada vez quede más expuesta en estas relaciones, asentó la académica.
Reiteró que la ciudadanía digital tiene sus responsabilidades, tiene sus derechos y obligaciones y a la vez implica el cuidado de la vida de cada una de las personas desde el punto de vista social y amorosa si la deciden establecer en ese mundo y, estar atentos de todo lo que sucede ahí.
Enfatizó que ante los peligros que hay en redes sociales y apps de citas, en cuestión del riesgo que se corre como seres humanos dentro de ellas, no hay una línea que los tipifique como delitos actualmente en ningún país y por consecuencia, la gente está desprotegida ante ellas, por lo que se debe hacer un uso cauteloso de ellas.
Dijo que esta situación es una alerta para los niños, para los jóvenes y la gente adulta de cualquier edad, incluso las personas más expertas en el manejo de estas redes sociales o apps, cada vez se perfecciona el “modus operandi” de quienes buscan causar una estafa o engañar a una persona a través del sentimiento del amor.
Recomendó a todos los usuarios que “no esperen el amor verdadero en la primera cita o primer contacto, sean conscientes de que el amor que está en búsqueda, se construye a partir de un proceso largo, no es a la primera vista o al primer like o comentarios que reciben en el mundo digital”.
Agregó que no se debe compartir información sensible de cada persona, datos personales, sentimientos y estado de ánimo; no confiar en desconocidos, cuidarse de las personas que quieren una amistad digital y no muestran un interés de amistad, de escucha, respeto y reciprocidad, apoyo para el crecimiento personal de la persona, es mejor alejarse y dar por terminada esa relación.
El amor es un sentimiento humano universal y prácticamente ningún ser humano está exento de él. Quizá existan algunas patologías que distancien a la persona de ese sentimiento humano que es el amor, hombres y mujeres de distintas épocas y sociedades y de todos los niveles socioeconómicos han sido dominados por ese sentimiento que muchos llegamos a denominar como mágico.
Dijo que la primera base del amor, de ese amor romántico es el enamoramiento y entonces se reconoce que hay sensaciones mágicas pero que tienen que ver con la química corporal, es decir, con lo que está sucediendo a nivel cerebral y todas las hormonas que se mueven y las sustancias químicas que giran en torno a ello.
Comentó que cuando se produce un “flechazo”, se desencadenan más de 250 sustancias en la persona, que incendian el cerebro, y éste comienza a pensar en el enamoramiento, hay muchas reacciones físicas en la piel, en los ojos, en la sudoración, en el palpitar, “sentir mariposas en el estómago” y no tiene nada que ver con que la otra persona “sea buena o aceptable para uno”.
Señaló que cuando se da este enamoramiento que en cierto momento se vuelve incontrolable y que no permite a la persona ver con la razón, “la química sanguínea, la química del cuerpo, no nos permite ver con la razón” y en este proceso se involucran tres factores, la parte cognitiva, lo que uno piensa de la otra persona, la segunda, lo que yo comienzo a sentir físicamente con esa persona y la tercera, es la parte de las emociones, es decir, se involucran cerebro, cuerpo y emociones, por esa razón, todas estas sustancias químicas que genera nuestro cerebro al sentirse aceptado por la otra persona, comienza a hacer efecto hasta perder el control.
Indicó que la primera etapa de ese amor romántico es el enamoramiento, pocos o casi nadie se libra de esa etapa, que después poco a poco va decreciendo y da paso a un amor de entrega, un amor de generosidad, un amor ágape en donde ya no hay enamoramiento efervescente, pero si hay una vida en pareja de solidaridad, de apoyo, comprensión, de escucha y apoyo en la enfermedad y en la salud, ese es el proceso del amor verdadero.