«El arte es un lugar privilegiado para preguntar por los ausentes»

Como parte del enriquecimiento internacional que reciben los estudiantes de la Universidad de las Américas Puebla, Paola Helena Acosta Sierra de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano, visitó el campus a inicios de año, invitada por la Licenciatura de Teatro, a través de la estudiante de intercambio Gina Castañeda Amado, quien gracias a los programas internacionales vivió la experiencia de estudiar en la UDLAP.

Acosta ofreció la conferencia “La justicia poética y la dramaturgia colombiana”, donde dio a conocer un poco sobre el contexto de este trabajo y de como antes de ser un libro, esta investigación fue ganadora de una de las becas que da el Instituto Distrital de las Artes en Colombia por la mejor investigación en artes en ese país. “La investigación dentro de este contexto, la he realizado desde el 2002, mi trabajo investigativo se ha enfocado en la relación que existe entre el arte, la construcción de paz y las políticas públicas en contextos de trauma social, por lo cual me he centrado en los procesos creativos basados en eventos traumáticos. Víctor Viviescas director de teatro contemporáneo en Colombia, ha planteado que el arte es un lugar privilegiado para preguntar por los ausentes, una partir de su obra sobre las fosas comunes” explicó.

Los estudiantes de la Licenciatura en Teatro pudieron enriquecerse con el conocimiento compartido por la investigadora colombiana y su trabajo basado en el estudio de tres dramaturgias contemporáneas colombianas: “Río arriba, río abajo: Antígona en el puente cantando” de Jesús Domínguez, “Donde se descomponen las colas de los burros” de Carolina Vivas, y “Arimbato, el camino del árbol” de Felipe Vergara. Previo a explicar cada punto importante de las dramartugias estudiadas, la investigadora colombiana declaró que “Por el conflicto, el sufrimiento del pueblo, los ciudadanos y la nación ha sido un tema común en las obras de los artistas de la nación colombiana que intentan crear conciencia, detener el horror, dignificar a las víctimas, romper el silencio, develar la imagen terrorífica de la guerra lejos de las luchas idílicas, confrontar paradigmas y generar lugares de memoria y de sentido”.

El libro fue lanzado en la feria del Libro Internacional de Bogotá de 2019 y está editado por la Universidad Pedagógica Nacional. “Mi interés es el campo del arte como transformación social y política, cuáles son sus potencialidades y cuáles sus límites. En la investigación que se realizó trabajé en la relación entre el arte dramático y las políticas del recuerdo, el arte y la relación entre la pedagogía de la memoria confrontándola con los abusos políticos del recuerdo, el arte y las pedagogías del miedo o de la violencia y el arte y la trasmisión de los recuerdos en los regímenes de visibilidad de saber y de poder”

Finalmente, entre sus conclusiones, comentó que el arte no tiene la posibilidad de restituir el derecho o establecer justicia, pero “si de hacer memoria, de construir un lugar de enunciación y de activar sujetos políticamente que respondan ante la amnesia. El arte dramático por medio de las dramaturgias del conflicto puede aportar a la enseñanza de la historia reciente al servir como herramienta pedagógica a partir de la cual se cuestionen los sujetos en formación sobre las desigualdades estructurales propias del sistema neoliberal”.

mayo 12, 2020 - 12:45 pm

Por: Staff

Cultura

Te recomendamos: