Lionel Messi no quiere volver a pasar frente a un trofeo sin poder levantarlo. Con cuatro finales perdidas sobre la espalda, el astro de Argentina está ante una oportunidad única, tal vez la última, de redimirse: una final de Copa América ante el clásico rival Brasil en el Maracaná y con Neymar ansioso por bajarlo del pedestal.
El duelo marcará un quiebre en la rivalidad entre los dos gigantes sudamericanos, que suman en conjunto siete títulos mundiales y 23 continentales.
Será la primera vez que se enfrenten en una final en el estadio de Río, donde el local se ha vuelto imbatible en partidos decisivos desde que cayó ante Uruguay en el Mundial de 1950. “Son los dos últimos campeones mundiales sudamericanos 2002, 1994, 1986; esto tiene una dimensión, sin despreciar la grandeza de Colombia, Uruguay’’, destacó el técnico local Tité. “Hablar de Messi y Neymar es hablar de excelencia, virtudes técnicas, mentales, físicas y una altísima capacidad creativa”.
Messi (34 años) está ante la ocasión de curar las heridas por tantos golpes. Ebrio de vueltas olímpicas en Barcelona, nunca ha podido ganar un trofeo con la selección mayor: perdió tres finales de Copa América (2007, ante Brasil; 2015 y 2016) y la del Mundial 2014 ante Alemania, también en el Maracaná.
La Pulga advirtió antes de esta Copa que era “el momento de dar el golpe’’, un deseo que en el campo confirmó con cuatro goles, cinco asistencias y un nivel pocas veces visto con la albiceleste.
El último casillero lo encuentra con el campeón Brasil, favorito por el invicto en partidos oficiales bajo el mando de Tite, que se remonta a la eliminación ante Bélgica en los cuartos del Mundial de 2018. Neymar, estrella del PSG, se enfrentará a sus amigos Messi, Leandro Paredes y Ángel Di María, estos dos últimos compañeros actuales de equipo.
El aspecto negativo de Brasil pasa por la poca efectividad de sus delanteros: Richarlison y Roberto Firmino convirtieron apenas un gol cada uno, mientras que Gabriel Jesús está suspendido. La aparición de Lucas Paquetá subsanó en parte ese déficit.
Los antecedentes avalan la condición de Brasil como favorito. Fue campeón de las cinco ediciones anteriores en las que fue anfitrión: 1919, 1922, 1949, 1989 y 2019. “Eso es pasado. Mirar al pasado no sirve de referencia”, advirtió Tite.
Argentina va en busca de su décimo quinto trofeo continental; alcanzaría a Uruguay como máximo ganador. Brasil, en pos de su décimo.
Unos 5,000 espectadores con PCR negativo podrán asistir hoy al partido, mediante invitación, luego que la presencia de público estuvo vedada durante el certamen.
Fuente: AP