El corporativismo y el clientelismo practicado y fomentado por los gobernadores, son dos de los principales frenos que actualmente evitan el desarrollo del país, consideró en la Universidad de Monterrey (Udem) el Doctor en Economía por la Universidad de Yale, Enrique Cárdenas Sánchez.
Al hablar ante la comunidad educativa neoleonesa en el marco del Simposio de Economía de la casa de estudios referida, llamado “El rumbo de México”, el historiador económico recordó que tanto el corporativismo como el clientelismo tienen sus raíces en las décadas de 1940, 1950 y 1960, cuando desde el Poder Ejecutivo Federal el poder político comenzó a sostenerse en grupos y sectores cuyos líderes gozaban de diversos privilegios al amparo del líder del partido hegemónico, vinculado a un rápido crecimiento económico en aquellos años.
En su ponencia titulada “Duro de matar: corporativismo en el México contemporáneo”, dijo que hizo un símil con el título de una película, porque en apariencia en lugar de morir, el corporativismo está tan saludable como en antaño, “eso está retrasando mucho el desarrollo del país, sobre todo de las reformas, incluyendo el de las pensiones; esto nos puede ayudar a ver con lo que está pasando en México, incluso con las campañas actuales, se necesita llegar a un acuerdo político y social para poder cambiar las cosas. En ocasiones se ve como algo dicotómico: ‘o estás conmigo o estás en mi contra’, y lo que vemos en los candidatos presidenciales es eso, están polarizando el país”.
Asimismo dijo a los asistentes que los herederos e impulsores de las prácticas corporativas y clientelares son los gobernadores, “ya que otorgan recursos y privilegios a burócratas, legisladores, jueces y grupos sociales que se los demandan, tal como lo había hecho el presidente de la República antes del año 2000, a cambio de brindarles apoyo durante su gestión o en las épocas electorales. El poder del gobernador se amplió conforme aumentó la disponibilidad de dinero y la discrecionalidad en su uso, y en la medida que el gobernante estuvo dispuesto a utilizar medidas de coerción, como amenazas o represalias económicas o políticas”.
Dicho esquema permeó al nivel municipal y a los poderes Legislativo y Judicial, así como a los organismos autónomos y descentralizados, con lo que los gobernadores también mantienen el control político sobre toda la administración pública estatal, en especial sobre los presidentes municipales a quienes condicionan dinero y la aprobación de sus cuentas públicas a cambio de prebendas o ascensos políticos, además de permitir y fomentar la corrupción, como ocurre con los llamados “moches”.
“En la medida que el federalismo siga tan pobre y precario, soportado por un clientelismo local y acendrado, los ciudadanos seguiremos a merced del poder de los gobernadores; nuestros derechos de propiedad, derechos sociales y sobre todo nuestros derechos humanos, estarán siempre amenazados si el gobierno en turno considera que uno, como ciudadano de a pie, se está sobrepasando en sus opiniones o críticas sobre lo público”, dijo el académico de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Cabe señalar que esta misma ponencia fue dictada por Enrique Cárdenas a inicios de este mes en la Universidad de Georgetown, en Washington, Estados Unidos, en el congreso “México en la economía mundial: nuevas perspectivas”, donde compartió el foro con académicos de las universidades de Notre Dame, Massachusetts, Rice, la UNAM y la propia Georgetown.