Miguel Barbosa Huerta, el candidato ganador de la gubernatura de Puebla con la coalición «Juntos Haremos Historia» (Morena, PT y Verde), adelanta que el fallecimiento de Rafael Moreno Valle y su esposa, Martha Erika Alonso, no evitará que se revisen sus administraciones.
En entrevista con El Universal, desde el hotel que fue su centro de operaciones, Barbosa Huerta dice que esto no es una revancha, sino el cumplimiento de la ley y una obligación que ejerce la autoridad.
El morenista, quien tomará protesta el 1 de agosto próximo, dice que está contento, satisfecho y comprometido con el resultado de las elecciones, y se lo dedica al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien todavía no le habla por teléfono para felicitarlo, pues esperará los resultados oficiales.
Señala que, pese a la baja participación ciudadana, su triunfo es legítimo, pues la ventaja que tiene sobre sus contendientes es “muy amplia” y “su triunfo es indiscutible”.
Rechaza que al nombrar a su gabinete se dé un pago de cuotas a los partidos y sectores que lo apoyaron. Adelanta que no vivirá en Casa Puebla, la cual se convertirá en la sede del Instituto de los Pueblos Originarios y el Instituto para la Discapacidad.
“¡Estoy bien!”, responde al ser cuestionado sobre si la diabetes no le será un impedimento para gobernar.