Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar, de 80 años, fueron asesinados a balazos en su iglesia, en el poblado de Cerocahui, una comunidad indígena de la sierra de Chihuahua. Unos 30 curas han sido asesinados en la última década en México, según la ONG Centro Católico Multimedial.