El Museo Mural Diego Rivera abrió sus puertas al público el 19 de febrero de 1988 con el objetivo de dar resguardo a uno de los murales más emblemáticos de Diego Rivera, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947), que incluye diversos protagonistas de la historia nacional.
En el marco de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el público puede hacer un recorrido virtual en 360° en la página del museo: www.museomuraldiegorivera.bellasartes.gob.mx además de acceder a versiones en alta resolución de cada uno de los personajes descargando la aplicación Second Canvas.
Asimismo, las personas hablantes de alguna lengua indígena pueden ingresar al canal oficial de YouTube del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en el cual se encuentran hospedados siete videos en distintas lenguas: náhuatl, maya, zapoteco, tsotsil, mazahua, totonaco y purépecha. Así, podrán vivir esta experiencia sonora a través de esta selección de idiomas originarios de México, los cuales son parte fundamental del patrimonio de nuestro país.
Origen y recuperación de una obra emblemática
Carlos Obregón Santacilia, arquitecto encargado del diseño y construcción del Hotel del Prado, propuso a Diego Rivera, desde el inicio del proyecto, la realización de un mural para el salón comedor Versalles, lugar donde permaneció hasta 1960, año en que fue trasladado al vestíbulo del hotel, para lo cual se construyó una estructura metálica que le sirve como soporte hasta el día de hoy.
En palabras del propio Rivera, “la composición [del mural] son recuerdos de mi vida, de mi niñez y de mi juventud y cubre de 1895 a 1910. Los personajes del paseo sueñan todos, unos durmiendo en los bancos y otros, andando y conversando”.
Entre julio y septiembre de 1947, el muralista guanajuatense creó, apoyado por la joven pintora Rina Lazo, su Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, síntesis de la historia de México que va desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX. En esta obra el muralista se representó de niño, en un paseo en la Alameda Central, acompañado de personajes históricos.
Esta excepcional obra incluye diversos protagonistas de la historia nacional, entre ellos el virrey Luis de Velasco, el emperador Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna, el escritor y libertador cubano José Martí y otros personajes que, además de jugar un papel importante, Rivera admiraba. Al centro de la composición destaca un grupo de personalidades, entre las que se identifica al propio pintor autorretratado como niño junto a La Catrina, Frida Kahlo y el grabador José Guadalupe Posada.
En septiembre de 1985, dos terremotos sacudieron a la Ciudad de México, ocasionando daños irreparables al Hotel del Prado. El 14 de diciembre de 1986, gracias al trabajo conjunto de un grupo interdisciplinario de especialistas del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Departamento del Distrito Federal, se logró el traslado del fresco de 4.17 m x 15.67 m y 35 toneladas de peso.
Después de 12 horas de minuciosas labores, fue colocado en el predio que ocupó el estacionamiento del Hotel Regis. La obra se protegió y sobre ésta se realizó la construcción del recinto, que lo resguarda hasta la fecha. El espacio fue diseñado por el arquitecto José Luis Benlliure Galán, quien en ese momento era el subdirector de proyectos en la Dirección de Arquitectura del INBAL. De esta manera el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central se convirtió en parte de una extraordinaria historia de rescate patrimonial y en el origen de uno de los museos más jóvenes de la Red de Museos del INBAL, inaugurado el 19 de febrero de 1988.