El panorama de la economía internacional luce complicado y América Latina no es una excepción: después de Europa es la región que menos crecerá en todo el mundo en 2023, de acuerdo con previsiones del Banco Mundial.
En su más reciente informe “Perspectivas económicas mundiales” difundido el martes, el BM prevé que la economía mundial crecerá un 1,7% este año y un 2,7% en 2024. Para Latinoamérica estima que el crecimiento se desacelere marcadamente a un 1,3% en 2023, menos de la mitad del 3,6% de 2022, para recuperarse al 2,4% el año próximo.
“La crisis que enfrenta el desarrollo se está intensificando a medida que las perspectivas de crecimiento mundial se deterioran”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Los países emergentes y en desarrollo se enfrentarán a varios años de crecimiento lento”, manifestó en un comunicado de prensa.
Las previsiones se revelaron en momentos en que existe una elevada inflación, aumento de las tasas de interés, reducción de inversiones y un impacto por la invasión rusa en Ucrania.
En 2020, por el impacto de la pandemia de coronavirus, la economía latinoamericana retrocedió a niveles no vistos en más de un siglo, con una contracción de -6,2%. Al siguiente año, en 2021, se recuperó y alcanzó un crecimiento de 6,8% que se redujo casi a la mitad en 2022.
El BM advirtió que “dada la frágil situación económica” cualquier acontecimiento nuevo adverso podría llevar a la economía mundial a una recesión, la primera vez en más de 80 años con dos recesiones mundiales en la misma década. Entre los hechos que podrían impulsarla mencionó una inflación mayor a la prevista, aumentos abruptos en las tasas de interés para contenerla, el resurgimiento de la pandemia de COVID-19 y la intensificación de las tensiones geopolíticas.
La región de Europa y Asia Central será la que mayor reducción de la actividad tenga en 2023, a un 0,1%, de acuerdo con las previsiones del BM. En 2024 el crecimiento llegaría al 2,8%. En Oriente Medio y Norte de África retrocedería a 3,5% este año; en África subsahariana se desaceleraría a 3,6% en 2023; en Asia Oriental y el Pacífico caería a 4,3% y en Asia meridional a 5,5%.
En el caso de Latinoamérica, la desaceleración refleja los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación y los efectos secundarios de un panorama internacional poco alentador.
El BM espera que Brasil crezca un 0,8% en 2023, México un 0,9%, Argentina un 2%, Colombia un 1,3% y Perú un 2,6%. La economía de Chile, en tanto, se contraería un -0,9%.
En América Central, por otra parte, se prevé que el crecimiento caerá a 3,2% en 2023 por el impacto de la desaceleración de la economía de Estados Unidos en las exportaciones y el ingreso de remesas.
El BM dijo que las proyecciones señalan un estancamiento en el nivel de vida en la primera mitad del decenio de 2020, con un crecimiento promedio del Producto Interno Bruto per cápita de 0,6% anual entre 2020 y 2024.
“Esto podría dificultar la lucha contra una amplia gama de problemas sociales y agravaría los obstáculos que impiden un desarrollo sostenido e inclusivo en América Latina y el Caribe”, advirtió el organismo con sede en Washington.
La desaceleración empezó a sentirse nuevamente sobre todo el la segunda mitad de 2022.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dijo en un informe separado que el valor de las exportaciones regionales de bienes creció un 20% en 2022 pero que fue sobre todo por un alza de 14% de los precios y no por un aumento significativo en el volumen. Lo mismo sucedió con las importaciones, que subieron un 24% principalmente por el incremento de precios.
La inflación ha impactado al mundo y aumentó de manera significativa en muchos países de la región en 2022, alcanzando niveles no vistos en décadas. El BM indicó que si bien parece haber llegado a su punto máximo en gran parte de los países, sigue siendo superior a las metas de los bancos centrales.
Fuente: AP