La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, afirmó que el papel del Estado es fundamental en un contexto en el que la violencia estructural hacia las mujeres se perpetra con intensidad y hay una limitada impartición de justicia que no repara el daño a las víctimas.
Al participar en la entrega del “Premio Raquel Berman a la Resiliencia Femenina Frente a la Adversidad”, subrayó que se necesitan instituciones que promuevan y garanticen el derecho de las mujeres y las niñas a una vida digna, libre de violencia, y con mecanismos que posibiliten su empoderamiento para desarrollar su potencial.
Además, dijo, se requieren grandes acciones de gobierno, pero también pequeñas que suman y que tienen efecto de demostración para eliminar las fuentes de discriminación, porque éstas son la raíz de la violencia que se perpetra contra las mujeres por el hecho de serlo.
El premio, subrayó la diputada presidenta, reconoce a las mujeres que emprendieron ese proceso de transformación para superar situaciones adversas que convirtieron sus experiencias dolorosas en fortaleza interna y valentía para resignificarlas.
Resaltó que el proceso de resiliencia no es sencillo, porque empieza por reconocer la circunstancia, las emociones, las capacidades, los logros, y pasar por la aceptación para recuperar la autoestima y lo que fue arrebatado.
“La resiliencia es un proceso que puede integrarse desde la infancia, pero no es algo innato o automático, sino que requiere de un ambiente favorable y habilitador”, estimó.
Explicó que las niñas que han sido cuidadas y protegidas por madres y padres resilientes tienen mejores herramientas para cuidarse por sí mismas, pero eso no ocurre en muchas familias y numerosas veces es ahí donde la adversidad se enfrenta sin oportunidades de remontarla.
Recordó que con el lanzamiento de la convocatoria para este premio se firmó el Convenio de Colaboración entre la Cámara de Diputados y la Fundación Raquel Berman, porque “todos los esfuerzos suman y tenemos la obligación, desde el Estado, y la Cámara de Diputados forma parte del Estado mexicano, de asumir la responsabilidad que nos corresponde para lograr la recuperación integral de las víctimas mediante acciones y estrategias de mayor alcance”.
La diputada Dulce María Sauri Riancho expresó su reconocimiento a las participantes en el premio, por su valentía para narrar sus historias, que es también otro ejercicio de reafirmación de la valía de las mujeres.
Raquel Berman, presidenta de la Fundación Doctora Raquel Berman, señaló que para cambiar a toda una sociedad es necesaria una política pública nacional que no solamente atienda a las víctimas del machismo, sino que se adelante por mucho al machismo, que intervenga en la vida de las mujeres cuando son niñas, adolescentes, para salvarlas del destino que les quiere infringir el patriarcado.
Este proyecto requiere de la unión de múltiples esfuerzos, que el feminismo utilice también en su planeación de política pública los conocimientos especializados de muchas disciplinas, entre ellas la psicoanalítica. “El enemigo es gigantesco, una cultura patriarcal generalizada y milenaria y la salvación tiene que ser igual de gigantesca”.
Cristina Oñate Rivadeneyra, presidenta de la Asociación Mexicana para la Práctica, Investigación y Enseñanzas del Psicoanálisis (AMPIEP), indicó que en nuestro país es urgente y necesario continuar luchando contra la violencia hacia las mujeres, la discriminación y el machismo desde todos los frentes posibles, incluyendo el enfoque de la salud mental imprescindible en esta búsqueda de igualdad, equidad y autonomía.
“Es para mí un honor darle las gracias a Raquel Berman por esta iniciativa, por su generosidad y altruismo. Como asociación psicoanalítica nos sentimos honradas de contribuir con un premio a la resiliencia frente a la adversidad como un pequeño gesto de solidaridad con otras mujeres y gratitud con la vida”, subrayó.
Rosita Aguilar, de Oaxaca, galardonada con el Premio Especial a la Mujer Resiliente Frente a la Violencia Política, bajo el seudónimo Gato Negro, señaló que “la política también es asunto de nosotras, sin mujeres no hay democracia, podemos y debemos ocupar puestos políticos y debemos alzar la voz para decir alto a la violencia contra las mujeres, no más violencia política, no más feminicidios. Nos queremos vivas, libres y con todos los derechos”.
Borboleta, ganadora del Premio Especial a una Joven Resiliente (Premio AMPIEP), dijo que ante la realidad que enfrentan las mujeres en la actualidad, “es indispensable trabajar en una salud mental, en una agenda pública y una iniciativa que promueva a las mujeres atendiendo las necesidades que hoy tenemos”.
Enseguida, Jaquelina Balbuena Ramírez, bajo el seudónimo La Mujer de la Montaña, quien se hizo merecedora al tercer lugar, mencionó que la situación de las mujeres en esa región es lacerante, resultado de la pobreza crónica, alimentación deficiente y falta de oportunidades, poco acceso a la educación y la salud por la discriminación y la exclusión. “No se puede avanzar mucho, porque son ámbitos que no se remontan, es una violencia estructural que azota a todo el país y pero que pega a las más humildes”.
La representante de la unión de Mujeres de la Montaña, Francisca Reyes Castellanos, expresó: “Hemos aprendido, pero no hemos tocado puertas correctas, o se debe a una incorrecta aplicación de la justica para ser escuchadas y tener respuestas positivas”. Dijo que este premio permite visibilizar el trabajo de las mujeres en lugares invisibles, por la lejanía territorial y la falta de difusión.
En su intervención, la galardonada con el segundo lugar, con el seudónimo Sihuatl, señaló que es importante que las mujeres sigan fortaleciendo los lazos de sororidad. “Creo que es la historia de miles de mujeres que estamos en la frontera, que somos mujeres migrantes, indígenas; por tanto, considero que defender los derechos de otras mujeres es defender el derecho propio”.
La galardonada con el primer lugar, Carmen Sánchez, con el seudónimo Margarita, dijo que las mujeres merecen ser felices y no tener miedo. “Los agresores y violentadores de mujeres son los que deberían sentir vergüenza, miedo de salir a la calle, no nosotras las víctimas de esa violencia que ellos ejercen en nosotras”.