El Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura de la Universidad Iberoamericana Puebla fue el encargado de organizar el cierre del ciclo de conferencias de la Academia de Arquitectura: Filosofía y Teología de la Ciudad. Espacio que sirvió para hablar sobre el cuidado de la naturaleza, la relación ecología-humanidad y las responsabilidades que los estudiantes deben de enfrentar para mejorar la sustentabilidad mundial.
El encargado de clausurar este encuentro de ideas fue el rector de la Ibero Puebla, Fernando Fernández Font, SJ quien durante su intervención manifestó su preocupación por el cuidado de la casa común, como la llama el papa Francisco, al tiempo que exhortó a las nuevas generaciones a trabajar en la búsqueda de ideas para desarrollar ciudades más habitables y espacios de convivencia que recuperen el sentido de humanidad.
Fernández Font basó su ponencia en la Encíclica Laudato Si’, al respecto rescató la importancia que tienen las palabras y documentos del papa Francisco. Y expresó que anteriormente, el medio ambiente estaba separado de la pobreza y la humanidad, pero fue con la llegada del sumo Pontífice que estos dos conceptos se vincularon con la sustentabilidad. “La naturaleza es nuestra hermana, es algo que también sufre, llora y padece”.
El Padre Fernando Fernández afirmó que el deterioro viene de la calidad de vida y la degradación social. Los peores impactos recaen sobre los países en desarrollo, particularmente sobre los más pobres, de ahí la preocupación del máximo jerarca católico.
Asimismo, el rector de la Ibero Puebla también presentó las implicaciones de la huella ecológica humana; y exhortó a los presentes a aprender a recibir y cuidar el propio cuerpo, pues aseguró que lo que está en juego es nuestra propia dignidad.
De igual manera reiteró la importancia de renovar la solidaridad entre los seres humanos, lo cual por sí solo nos llevará a recordar a los pobres y a poderlos ayudar lo más pronto posible. “De conseguir esta misión conseguiremos dejar un planeta habitable”.
En ese mismo sentido, el Padre rector invitó a reconocer el valor que tiene cada ser vivo, a dialogar en una relación respetuosa y cordial, a acudir a la riqueza cultural de los pueblos, dejar a un lado la indiferencia e incoherencia, tener la capacidad de regeneración, integrar la protección del medio ambiente en el desarrollo humano, incorporar los derechos de los pueblos y las culturas, tejer los lazos de convivencia humanitaria, y cuidar los lugares comunes.
El Sacerdote Jesuita compartió que el llamado del Papa es que caigamos en cuenta de que somos una sola familia, cuyos elementos básicos son el ser humano y la naturaleza, y que entre ellas no hay fronteras ni barreras. E invitó a los estudiantes a reconocerse como una familia con la naturaleza.
Finalmente, Fernández Font, incitó a los estudiantes de arquitectura, académicos y profesionista a reflexionar, a cuestionar cómo sus decisiones afectan a la ecología, y cómo el daño a esta repercute en nosotros de igual manera. En pocas palabras a evitar la crisis social que trae consigo el desequilibrio ecológico.
Previo a las palabras de Fernando Fernández, el arquitecto Eduardo Fúnez Cacho durante la introducción expresó que el ser humano es el único animal capaz de preguntar, es un ser interrogante para descubrir su fenómeno y su fundamento. “El ser humano se puede entender como interrogador en exclusiva, aquel que pregunta a todo y a sí mismo”, comentó.
Fúnez Castro aseguró que el ciclo de conferencias de este año fue apoyado por especialistas en labores humanísticas, llevándose a cabo una reflexión tanto filosófica como teológica sobre la forma en que el creador incide en el hábitat del ser humano.