A 15 días de su lanzamiento, el telescopio espacial James Webb ha recorrido el 60 por ciento de su camino a su destino final, localizado a un millón 500 mil kilómetros de distancia de la Tierra, donde se ubica la que será su órbita: Lagrange 2.
Ahí iniciará el estudio de las imágenes que se encuentran a millones de años luz de distancia, las cuales permitirán estudiar mejor el nacimiento del Universo.
Afirmó a UNAM Global TV la investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, Julieta Fierro Gossman, quien destacó que la humanidad siempre ha soñado con entender mejor este proceso y estudiar el pasado. Por eso, fue lanzado al espacio el pasado 25 de diciembre de 2021 el telescopio James Webb, un observatorio espacial que analizará las galaxias más antiguas.
Todo comenzó hace 13 mil 800 millones de años, añadió la científica, cuando de las fluctuaciones del vacío surgió una energía y en una microfracción de segundo se expandió mil millones de veces a través de un proceso llamado inflación cósmica. Cuando por fin se detuvo, surgió el Universo que hoy conocemos y continuó expandiéndose y enfriándose.
Construido y operado por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, explicó que este telescopio estudiará el Universo a través de la luz infrarroja.
Señaló que cuando llegue a su destino final alineará sus espejos, se enfriará a una temperatura cercana al cero absoluto, y así escudriñará los rastros de las primeras estrellas y galaxias.
Al estar en el espacio a merced de la luz del Sol y la Luna, es más difícil observar a la lejanía, por ello el James Webb posee una sombrilla que le permitirá cubrirse de esta luz y también enfriarse en todo momento. Además, orbitará a la Tierra a su misma velocidad, para a su vez acompañarla en torno al Sol, comentó.
Este telescopio, puntualizó, cuenta con un espejo compuesto por 18 segmentos hexagonales que, combinados, crean un espejo de un diámetro de 6.5 metros, mucho mayor al del telescopio Hubble que tiene 2.4 metros.
¿Cómo estudiará el pasado?
La doctora Fierro aseveró que la luz infrarroja proveniente de los diferentes astros del Universo tarda muchísimo tiempo en llegar hasta nosotros. Por ejemplo, la luz solar que se encuentra a una distancia de 150.000.000 km de la Tierra, demora en llegar aproximadamente 8 minutos; Alfa Centauri, que es la estrella más cercana de nosotros, está a una distancia de cuatro años luz, y su radiación se retrasa mucho más. Por esta razón, el James Webb estudiará el pasado.
Apuntó que el Universo se está dilatando y esto hace que la luz azul y violeta del cosmos también lo haga y en consecuencia “la luz que solía ser roja o violeta se vuelve infrarroja”.
A futuro
Destacó que mientras se construía el telescopio James Webb se descubrieron varios planetas extrasolares. “De hecho, se ha planteado que éstos absorben la luz infrarroja a través de sus atmósferas y que probablemente poseen moléculas muy importantes para la vida, como son el agua, el metano y el CO2”.
Así, resaltó, el telescopio James Webb también se utilizará para observar estos planetas extraterrestres y averiguar si tienen algún tipo de vida.
Aunque faltan meses para que este observatorio empiece a funcionar, “los astrónomos están felices porque todos sus datos estarán a disposición de la comunidad”.
“El telescopio James Webb nos ayudará a entender la historia del Universo, que surgió hace 13 mil 800 millones de años y, ¿por qué no?, también podremos descubrir cosas nuevas”, concluyó Julieta Fierro Gossman.