Es en épocas de crisis cuando aparecen las grandes obras, aseguró el escritor Francisco Haghenbeck en una charla transmitida en línea que incluyó a sus colegas Bernardo Esquinca y Mónica Ojeda. Ejemplificó épocas como la década de los 20 y 30 del siglo pasado, cuando ocurrió la gripe española y una crisis económica; o la Segunda Guerra Mundial y la década del setenta. “La crisis es un momento propicio para pensar imágenes apocalípticas o imágenes distópicas para huir de esa realidad”.
Aunque F. G. Haghenbeck (Ciudad de México, 1965) reconoció que la incertidumbre lo ha afectado, mencionó que trabaja en un nuevo texto del cual ya lleva más de 20 páginas y versa sobre sectas y rituales relacionados con movimientos estudiantiles en México. En contraparte, Esquinca explicó que recién entregó un libro de cuentos por lo que ahora se encuentra vacío de ideas: “tengo que esperar cierto tiempo para que se me ocurra algo”.
La única que mantiene una activa labor creativa es Mónica Ojeda (Ecuador, 1988) quien manifestó desde España que el desasosiego no ha afectado sus ganas de escribir y lo único que consiguió con la cuarentena fue más tiempo y facilidad para crear con concentración.
Ante la posibilidad de que el terror que provoca la pandemia pueda motivar a nuevas obras literarias, Esquinca (Guadalajara, 1972) advirtió que primero debe haber un tiempo para procesar y entender lo que está por ocurrir. Definió dos tipos de miedo: el psicológico y el real. Reconoció que el real lo bloquea, mientras que el primero es el motor que le permite crear.
La ventaja de escribir sobre terror, opinó Haghenbeck, es su carácter universal: “no importa el idioma que hables; todas las personas siguen teniendo miedo a las cosas: muerte, desaparición, locura; ocurre en todas las culturas”. Sin embargo, Ojeda matizó que, aun dentro de la generalidad, hay particularidades en el terror que se van manifestando en función de la generación o de un contexto individual.
Esquinca consideró muy importante hallar formas de salir de estados en los que el escritor se inmiscuye al momento de crear. Ejemplificó un cuento sobre exorcismos que escribió; después de investigar con películas y documentales al respecto, acudió a películas infantiles para salir de ese estado: “hay que cambiar el chip porque no se puede quedar ahí en esos estados densos”.
Por Cristóbal Torres / NTX