Mientras trabajaba en el olivar de su granja cercana al campo de refugiados de Bureij, en Gaza, un agricultor palestino se encontró con algo inesperado. Y es que bajo sus tierras había un precioso mosaico bizantino decorado con coloridos pájaros y otros animales.
Salman al-Nabahin, nombre del agricultor, desenterró hace seis meses este impresionante tesoro, datado entre los siglos V y VII, cuando quiso descubrir por qué algunas de sus olivas no agarraban bien en la tierra. Él mismo se encargó de investigar a través de Internet y descubrió que se trataba de una reliquia bizantina.
Diversos arqueólogos, así como el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Palestina, se han encargado después de estudiar el mosaico, que se cree que pudo adornar el suelo de una casa particular o de una iglesia.
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