Antes de pegarle al campeón del mundo Alemania, la Selección Mexicana recibió una mano de Dios.
El sacerdote Alfredo Palacios ofició una misa el pasado domingo en el búnker del Tricolor y en la que Javier Hernández, Rafael Márquez y la nutrióloga Beatriz Boullosa participaron en las lecturas.
Pero el inaudito triunfo ante el campeón no puede explicarse por la ayuda divina.
«Si creemos eso, pareciera superstición, pero creo que cuando la persona está convencida de lo que cree y conociendo sus fuerzas y capacidades, a pesar de eso lo pones en la mano de Dios y te da un ánimo extra», expresó el reverendo.
El párroco Palacios es miembro de la Diócesis de San Juan de los Lagos y cumple una misión en la Catedral de San Pedro y San Pablo, en Sarátov, a unas 12 horas de Moscú. Reside en Rusia desde 2014 y piensa quedarse un par de años más.
«La misa es un momento en el que todos nos hacemos una sola familia, así vivimos la eucaristía en todos lados, en especial, el grupo de la Selección no es la excepción, se ven unidos y hermanados.
«Fue agradable y muy fácil la celebración porque estaba el ánimo muy disponible, me sentí como en mi parroquia en México, todos conocidos, todos cercanos, es un ambiente de fe, unidad, apoyo, es un buen grupo», agregó.
El año pasado durante la Copa Confederaciones ofició la eucaristía a directivos y el cuerpo técnico de Portugal encabezado por Fernando Santos, así como al Tricolor.
«Creo que si los futbolistas siguen con el ánimo y ese espíritu de competitividad y buscar el triunfo, creo que se va a llegar lejos. Sería muy aventurado decir que a la Final, pero un partido a la vez yo creo que será prudente decirlo, pero el ánimo con el que van, con el que están, el esfuerzo que están poniendo creo que van a llegar lejos, a jugar el quinto o sexto partido, no sé».
Después de la misa, el padre acudió al Estadio Luzhniki a ver el triunfo del Tricolor contra Alemania, el único partido para el que consiguió boletos del Mundial.
Con información de Cancha / Reforma