El resultado de las elecciones presidenciales en Argentina, que proclamó vencedor en primera vuelta a Alberto Fernández, impone hoy al peronismo un gran desafío, superior al enfrentado por Mauricio Macri cuando llegó al poder.
Así lo afirmó en declaraciones exclusivas a Notimex el politólogo argentino Juan Cruz Olmeda, quien considera que Fernández tiene ante sí enormes retos y ello genera, cuando menos, muchas expectativas e inquietudes sobre cómo gobernará y los encarará.
De acuerdo con datos oficiales de la jornada electoral, el 27 de octubre, la coalición formada en torno a Macri, Juntos por el Cambio, obtuvo un 40.5 por ciento de los votos, insuficiente frente al 48 por ciento del Frente de Todos de Fernández, incluso para intentar llegar a una segunda vuelta.
En opinión de Olmeda, una responsabilidad importante del vencedor es manejar todos los sectores del peronismo. De no conseguirlo, amén de los resultados de su gestión, es posible que no pueda agenciarse la continuidad política, como tampoco pudo hacerlo el ya presidente saliente, Macri.
“Macri llegó al poder gracias en parte a las divisiones que aquejaban al peronismo y a las distintas reacciones en torno a la figura de Cristina Fernández de Kirchner”, recordó Olmeda, profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México.
Si bien la situación económica del país condicionó sobremanera la salida de los peronistas de la Casa Rosada (sede presidencial argentina), no debe perderse de vista que en la sureña nación “sigue estando presente la división peronistas-antiperonistas”.
“La distribución del voto lo demuestra”, sostuvo el académico, al tiempo que consideró que dentro del peronismo habrá muchos sectores que reclamen a Fernández y su gobierno resultados inmediatos, como también los habrá en el resto de la sociedad.
Ello representará una prueba de fuego constante para la gestión del venidero Ejecutivo. La situación en que viene Fernández, según Olmeda, es peor que la enfrentada por Macri cuando resultó victorioso en las urnas cuatro años y atrás y asumió la presidencia, para poner fin a más de una década de dominio peronista-kirchnerista.
Respecto a este último, el doctor en Ciencia Política por la Universidad Northwestern (del Noroeste), en Estados Unidos, analizó que fue víctima del voto de castigo de la mayoría de los votantes argentinos.
El resultado apunta más que nada a ello, así como también al fortalecimiento del peronismo mediante la asociación en la fórmula presidencial de Fernández con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, aún con mucho arraigo en amplios sectores.
“Macri generó resultados muy distintos a los que prometió y la inflación, aunque es un gran problema de Argentina desde hace más de 10 años, se agudizó durante su gobierno”, comentó Olmeda, que además considera que en las elecciones anteriores seguramente hubo muchos peronistas desencantados con Cristina Fernández que optaron votar por Macri.
Sin embargo, dado que éste último no supuso una mejoría de la situación socioeconómica, tal y como prometió en numerosas ocasiones, sino más bien una agudización de todos los problemas que la aquejan, “es probable que muchos de los que votaron a Macri ahora le hayan castigado votando nuevamente por los peronistas”.
Sobre Cristina Fernández, vicepresidenta electa para acompañar a Alberto Fernández por los próximos cuatro años, Olmeda previó que no será sólo “una figura protocolaria”. Por su arraigo político debe ser una “vicepresidenta fuerte”, distante del rol tranquilo que tradicionalmente tiene esa figura en el sistema político argentino.