Del millón de empresas afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a partir del 1 de junio que dio inicio la etapa de nueva normalidad, se inspeccionará de manera aleatoria a un promedio de 15 mil empresas, en especial a las esenciales, que no han dejado de trabajar y donde se han detectado un alto número de contagios por COVID-19.
En conferencia de prensa en Palacio Nacional, el director de prestaciones económicas del IMSS, Mauricio Hernández, explicó que, en una primera etapa del 19 del 31 de mayo, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) realizó 500 inspecciones a nivel nacional para verificar si se cumplen los protocolos sanitarios para las actividades laborales y se han encontrado algunas irregularidades.
Adicionalmente, el IMSS trabaja con las empresas esenciales y no esenciales, en tres aspectos: en vigilancia epidemiológica y cumplimiento, que muestra la manera en que las industrias cumplen con los lineamientos; se busca minimizar las cadenas de contagio en este regreso al trabajo, además del fortalecimiento de la cobertura médica por lo que están construyendo 15 hospitales.
El IMSS explicó, Mauricio Hernández, que normalmente expide incapacidades a los trabajadores en la temporada invernal, y que en las primeras semanas de este año se registraron cuatro mil enfermedades respiratorias; sin embargo, a partir de los últimos dos meses, esas incapacidades se dispararon por COVID-19.
Resalta que como parte de la vigilancia epidemiológica se detectó que el mayor número de incapacidades se registró especialmente en las empresas de actividades esenciales y que por el giro en que laboran no pararon actividades.
Por ello, en el Seguro Social, apuntó, “estamos muy atentos de las empresas esenciales para que firmen su carta compromiso e irlas vigilando”.
Señaló que las empresas no esenciales como minería y construcción acaban de iniciar labores son mucho más grandes y no pueden ser comparadas con las esenciales; pero lo que llama la atención es que muchas de las esenciales se ha detectado que “están trabajando de manera irregular”.
Y citó varios ejemplos, a una universidad que al tener a toda su población en casa sólo generó cuatro incapacidades por enfermedades respiratorias, en cambio -comparó- a una empresa esencial de alimentos, que a partir de la epidemia de COVID-19 ha producido un alto número de incapacidades, por lo que “debe trabajar más enérgicamente en sus protocolos de seguridad”.
Un caso que llamó la atención es una empresa de la industria farmacéutica que no había tenido ningún contagio y después con un par de casos, a la siguiente semana tiene una epidemia de 160 trabajadores. El peor caso fue una industria manufacturera de un estado del norte que por no tener los mecanismos de protección al interior de la empresa como sana distancia, cubrebocas, separaciones, entre otras, generó una epidemia.
Por ello, abundó, a partir del pasado 29 de mayo se presentaron los lineamientos sobre seguridad y salud en el trabajo, realizado conjuntamente por parte de las secretarías de Salud, del Trabajo, Economía y el IMSS, que son obligatorios para todas las nuevas empresas esenciales y no esenciales.