El papa Francisco recibió este lunes en el Vaticano a una delegación del centro Simon Wiesenthal, organización contra el antisemitismo, el racismo y el odio a las minorías, y llamó a frenar el resurgimiento del antisemitismo en el mundo.
La indiferencia egoísta ha crecido en el mundo y sólo preocupa lo que conviene, reprochó el líder de la iglesia católica y advirtió que están resurgiendo brotes bárbaros de antisemitismo en el mundo.
“No me canso de condenar enérgicamente todas las formas de antisemitismo, sin embargo, para abordar la raíz del problema también debemos comprometernos a arar la tierra en la que crece el odio, sembrando en ella la paz”, indicó Francisco.
“(Es urgente) reintegrar a los marginados, dar una mano a los que están lejos, apoyar a los que están descartados porque no tienen medios ni dinero, ayudar a los que son víctimas de la intolerancia y la discriminación”, añadió.
El líder católico recordó que el 27 de enero se conmemorará el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, un sitio que visitó en 2016. Recordar aquella “indecible crueldad” es un llamado a detenerse, permanecer en silencio y recordar para evitar quedar indiferentes, dijo el papa.
“El consumismo de hoy también es verbal: cuántas palabras inútiles, cuánto tiempo perdido en impugnar y acusar, cuántas ofensas gritadas, independientemente de lo que se diga. El silencio, por otro lado, ayuda a preservar la memoria, si perdemos la memoria aniquilamos el futuro”, señaló.
Además, el papa recordó la Declaración Nostra Aetate, que enfatiza el patrimonio común que comparten judíos y cristianos y que invita a ponerlo al servicio de todos, en vez de generar distancia y exclusión.