Los maestros tienen un compromiso social y político, que no solo se reduce su papel a una cuestión educativa, porque cuando un profesor pierde de vista esos propósitos últimos que están plasmados en los programas, planes de estudio o currícula, pierde de vista la meta a la que tiene que llegar y los procesos a seguir para alcanzarla.
En este regreso a las clases presenciales todavía se siguen presentando varias interrogantes para todos los actores inmediatos, desde los padres de familia, niños y adolescentes de secundaria, preparatoria, incluso primaria, y entre los mismos docentes.
Ante los retos que se presentan en el nuevo ciclo escolar es importante construir redes de apoyo, relaciones de apoyo y ayuda mutua en donde todos colaboren, padres de familia, maestros y que los alumnos aprendan a apoyarse entre sí, para salir de esta problemática, porque la crisis que se está viviendo es planetaria y sólo se va a salir adelante con el apoyo de todos.
Los maestros tienen un compromiso social y político, que no solo se reduce su papel a una cuestión educativa, porque cuando un profesor pierde de vista esos propósitos últimos que están plasmados en los programas, planes de estudio o currícula, pierde de vista la meta a la que tiene que llegar y los procesos a seguir para alcanzarla, señaló Rodolfo Cruz Vadillo, catedrático de la Facultad de Educación de la UPAEP.
En ese sentido, dijo que es importante conocer cuáles son las orientaciones, los giros, las innovaciones, transformaciones, los cambios de perspectiva, sobre todo, “ir haciendo un tejido fino en torno a la propuesta que el modelo educativo está proponiendo, pero que la realidad está demostrando que las cosas todavía no están bien y que es un documento que estará abierto en todo el país y que el papel del profesor es fundamental para su ejecución”.
Cruz Vadillo abundó que durante la pandemia se han presentado diferentes problemáticas que van desde la deserción de algunos estudiantes, alumnos que tuvieron pérdidas familiares, conocimientos que no aprendieron, entre otras problemáticas.
Subrayó que una vez que estén los estudiantes en su totalidad de manera presencial en las aulas, los profesores en lo individual y de manera colegiada tienen que comenzar a identificar las barreras con las que van a llegar los alumnos, para ir caminando y haciendo los cambios necesarios para acompañar y orientar al estudiante que está presentando algún problema, además de identificar las barreras que puede experimentar el estudiante por el contexto que le rodea y que pueden profundizar el problema.
Indicó que se debe trabajar en la construcción de puentes que permitan acompañar al estudiante en su regreso a las aulas, en este reto de inclusión también se deben establecer redes de apoyo, ayudar con establecer los cómo, para aprender y evitar las excusas.
Reiteró que dentro de este reto inclusivo, además se deben considerar los siguientes elementos que se articulan y que son indispensables en esta ayuda y acompañamiento de los estudiantes, el primero es el político organizativo, en donde como comunidades profesionales del aprendizaje que debería existir en las escuelas, se tienen que conformar comunidades de aprendizaje, pensando en las actividades de proximidad y lejanía, que tiene que ver con los estudiantes que tienen mayor sentido de pertenencia, que comprenden bien las reglas de la escuela y lo que se tiene que hacer con respecto a los estudiantes que están más lejanos de la escuela, que no se identifican con ella, que se aíslan de las dinámicas escolares y de socialización, con quienes se tendrá que trabajar más.
Un reto más es el simbólico, que tiene que ver con no pasar por alto todas las experiencias que se han vivido antes y durante la pandemia y que ha impactado de diferente forma en las personas y en las familias desde lo afectivo y hasta lo social y este reto invita a las personas a repensar cómo tendrá que funcionar la escuela para no dejar a nadie sin la oportunidad de estudiar.
Asimismo, se presenta el reto afectivo, que tiene que ir más allá de sólo enseñarles a los estudiantes a autodominar sus emociones, conocerse así mismo, va más allá, tiene que ver con las relaciones que se establecen en la escuela, pensando en los estudiantes como legítimamente valiosos en su singularidad y en su diversidad y diferencia.
Respecto al reto curricular, Rodolfo Cruz manifestó que a los estudiantes no se les debe enseñar lo “mínimo, sino lo básico, es decir, seleccionar los conocimientos poderosos, identificar los conocimientos centrales y los que son secundarios para que el alumno se lleve el conocimiento valioso y esenciales para su formación”.
Para lograr todos estos retos, es importante centrarse en la metodología de enseñanza, aprendizaje y evaluación, en donde la evaluación sea un instrumento que también ayude a los estudiantes en su aprendizaje, revisar las formas actuales de cómo se está evaluando a los alumnos.
Expresó que todos estos acontecimientos que se han vivido en esta pandemia de salud y antes de ella, debe llevar a las personas a pensar en una escuela inclusiva, una escuela que responda a las demandas que la población, las personas y los estudiantes están teniendo en materia educativa.