El primer discurso sobre el Estado de la Unión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dirigió, sobre todo, a las clases medias con miras a las elecciones intermedias; es decir, dio inicio la campaña de los demócratas, coincidieron en señalar integrantes del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.
La exdirectora de esa entidad académica, Paz Consuelo Márquez-Padilla, refirió que el mandatario estadounidense presentó un buen mensaje que, aunque no fue excepcional, le permitió mostrar su liderazgo mundial, con alianzas logradas a lo largo de su trayectoria que le permiten el apoyo de numerosas naciones en torno a las sanciones económicas en contra de Rusia, para lograr que el conflicto en Ucrania termine lo antes posible.
La experta consideró que si se analizan las cifras presentadas son alentadoras: la creación de más de seis millones de empleos, disminución del desempleo a 4.1 por ciento y el aumento del salario medio en 5.7 por ciento. No obstante, se enfrenta una inflación de siete por ciento.
La aprobación de Biden es de 43 por ciento y sólo 41 por ciento consideró que dio un discurso positivo. Respecto al conflicto en Ucrania, sólo 30 por ciento considera que realiza un buen trabajo. A ello se suma que 60 por ciento cree que el manejo de la covid-19 ha sido “malo o pobre”.
Márquez-Padilla opinó que la pandemia es el factor que impide que el ciudadano medio estadounidense pueda apreciar lo realizado por su presidente en el primer año de mandato. En tanto, para México tendrá un costo el hecho de que no se sume a las sanciones económicas contra Rusia, porque en momentos de crisis Estados Unidos “ve claramente quienes son sus amigos y lo apoyan, y quienes no”.
En contraste, para Estefanía Cruz Lera se trató de un discurso “soso, aunque al final fue inspirador, algo a lo que no estábamos acostumbrados con Donald Trump, que se volvía viral por los datos falsos o acusaciones infundadas” que presentaba. Biden y el Partido Demócrata piensan en las elecciones intermedias; comenzó la campaña.
Para la experta, faltó que el mandatario mencionara acciones, lo que ha funcionado en el país, y no promesas políticas, porque gran parte de su discurso fue para refrendar lo que lleva a cabo a partir de su campaña: impulsar un plan bipartidista de infraestructura, la reconstrucción económica, etcétera. Son planes que ha promovido, pero que no se han materializado en políticas públicas por haber dado prioridad a la atención de la emergencia sanitaria.
Biden sigue en campaña, no se ha dado cuenta que lleva un año en la presidencia, aunque como aspecto positivo se aleja de plataformas que puedan ser polarizantes; sus referencias al trumpismo nos recuerdan que el magnate sigue allí, acotó.
Luego de un seguimiento del gobierno de Biden y del discurso reciente, “veo que México y Estados Unidos van por caminos diferentes y eso es preocupante, por lo imbricado que están nuestras economías”. La nación mexicana no se engancha a la reconversión industrial de nuestro vecino, a la modernización de la infraestructura de telecomunicaciones o energética, alertó Cruz Lera.
Al hacer uso de la palabra, el también exdirector del CISAN, José Luis Valdés Ugalde, comentó que el mensaje fue “antitrumpista” porque hay diversos ejes de la política interna estadounidense que son controlados por el “trumpismo”, y que pueden ser determinantes y definitivos para la reelección o no del Partido Demócrata en la Cámara Baja como mayoría.
Además, el mandatario norteamericano trata de contrarrestar las posiciones retardatarias del “trumpismo” en política exterior, y cree que alrededor de la narrativa en contra de la invasión rusa a Ucrania puede unificar a los estadounidenses de una manera en que no ha podido hacer con otras medidas y logros importantes obtenidos en la política local.
El presidente no quita el dedo del renglón del tema de los dreamers (soñadores), en darles la posibilidad de permanecer en la Unión Americana y regularizar su situación; sería un aporte importante para la estabilidad de la relación bilateral con nuestro país, que tan maltratada ha quedado en los últimos tiempos, y que haya posibilidad de mayor cooperación entre ambas naciones.
México, enfatizó, carece de una política bilateral y también funcional en la relación con el vecino país del norte, es reactiva y eso ha dañado la confianza. Podrían continuar las tensiones, y la reforma energética sería la “cereza del pastel” de este conflicto no deseado, evitable, pero imposible de lograr con una política como la que tenemos desde la perspectiva mexicana.
La sesión a distancia estuvo moderada por Juan Carlos Barrón Pastor, secretario académico del CISAN, quien destacó el hecho de que Biden estuviera flanqueado por dos mujeres: la vicepresidenta Kamala Harris y Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, quienes tuvieron diferentes reacciones al mensaje presidencial.