Aunque no lo creas, existen varios países en el mundo donde no existe el conocidísimo cambio de horario por razones políticas, económicas o incluso por mera tradición.

Si bien, no en todos se aplica un cambio de horario simultaneo, en la mayoria de los países de occidente existe este ajuste al horario.

¿QUÉ ES EL CAMBIO DE HORARIO?
El horario de verano o el cambio del horario en invierno que se realiza es una convención. Por ella se adelantan los relojes una hora en primavera para aprovechar más la luz del día.

Fundamentalmente, el cambio de horario es seguido en la mayor parte de Canadá, Estados Unidos y México, en toda la Unión Europea y en otros países europeos, en países como Marruecos, Mongolia, Turquía o Israel, en el hemisferio norte.

En el hemisferio sur se utiliza en Chile, Paraguay y algunas zonas de Brasil.

También es utilizado en algunas zonas de Australia. Recientemente, Namibia ha dejado de seguirlo. En el pasado este sistema fue seguido por otros muchos países que progresivamente lo han ido abandonando.

OBLIGATORIO EN LA UE Y ESTADOS UNIDOS
Para todos los países de la Unión Europea, y los Estados Unidos se aplica el cambio de horario, esto por reglas de la propia organización.

Pese a esto, son muchos los académicos, científicos y activistas que proponen desde hace variso años quitar este horario pues aseguran que no beneficia a nadie e incluso se gasta más energía de la que se pretende ahorrar.

PAÍSES SIN CAMBIO DE HORARIO
Dentro de los países que no aplican un cambio de horario en verano e invierno se encuentran Rusia, quien en 2011 decidió poner fin a esta medida.

Otros países como Arábia Sudita, Venezuela, la parte central de África, Omán, Filipinas y las Guyanas nunca lo han aplicado.

En azul y naranja las zonas que aplican un cambio de horario.

En gris claro se muestran las zonas que lo aplicaron al menos en alguna ocasión.

Por último, en gris oscuro los países que nunca han aplicado un cambio en su horario, ya sea en verano o invierno.

Con esta diversidad de opiniones a lo largo del mundo, es difícil saber si el este cambio produce el ahorro económico con el que suele justificarse su existencia. Lo que sí pone de manifiesto es el gran número de destinos a los que es posible escapar para huir de sus consecuencias negativas.

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