La Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP), publicó la revista Movilidades 10, Análisis de la Movilidad, la cual aborda en su artículo central los desafíos y posibilidades que se presentan en el país para que niñas, niños y adolescentes mexicanos en situación de retorno reciban la educación inclusiva y de calidad a la que tienen derecho.
La publicación señala que un indicador para hacer una aproximación acerca del número de personas que se encuentran en esta situación son los datos de retorno, tanto voluntario como forzado, del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), del quinquenio 2015-2020, que indican que retornaron 319 mil 183 personas.
De ellas 286 mil 37 residían en Estados Unidos y 33 mil 146 en el resto del mundo. De estas personas se estima que 15 mil 418 tienen 19 años de edad o menos.
Se estima que en el país residen 488 mil 112 niñas, niños y adolescentes que nacieron en el extranjero, cuyo padre, madre o ambos son mexicanos. De ellos, 306 mil 109 se registró comopoblación mexicana por ascendencia reconocida; y 169 mil 575, niñas, niños o adolescentes mexicanos por ascendencia sin reconocer, es decir, que no cuentan con un acta de nacimiento mexicana; y 12 mil 428 correspondiente a menores de edadmexicanos por ascendencia con reconocimiento no especificado.
La investigación plasma las principales problemáticas a las que se enfrentan las familias retornadas en el ámbito educativo, así como las medidas que el gobierno mexicano ha implementado para garantizar este derecho.
De igual manera, presenta las situaciones que afrontan niñas, niños y adolescentes mexicanos retornados e hijos e hijas de personas mexicanas nacidas en el extranjero, los cuales experimentan mayores vulnerabilidades debido a su edad y a los procesos de formación y desarrollo.
Bajo la hipótesis de que la familia se reúna en el nuevo lugar de residencia, las y los hijos pueden enfrentar barreras de acceso a la educación, cuyas consecuencias es posible que deriven en el abandono escolar o que tengan trayectorias educativas discontinuas. Por ello, es necesario desarrollar programas y estrategias de atención para este grupo poblacional.